La crisis que viene del cielo
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La m El modelo de tractor, la manera de gestionar el purín, la alimentación del ganado o el tipo de granja son sólo algunos de los aspectos que los ganaderos ya tienen en cuenta para conseguir explotaciones más sostenibles: todo cuenta para mitigar las emisiones y luchar contra la crisis climática.
El mundo ha celebrado la huelga mundial por el clima para dar un toque de atención sobre los efectos perniciosos que los gases contaminantes tendrán para el planeta si no se consiguen reducir en los próximos años.
Hay sectores que tienen mucho que decir al respecto y el ganadero es uno de ellos porque es una actividad con capacidad para generar determinadas emisiones y, a la vez, servir de sumidero de otras: la clave está en conseguir que la balanza se decante en favor del medio ambiente.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), su directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, subraya a Efeagro el “indudable” compromiso que la ganadería ha adquirido para luchar contra el cambio climático, una de las principales demandas de la sociedad actual.
Orellana da unos datos que, a su juicio, reflejan esto: desde 2005 a 2018, el sector primario ha reducido sus emisiones un 2,5 % a pesar de que los censos ganaderos han crecido un 14 % en ese período.
Echar mano de la tecnología es básico y Orellana valora la colaboración entre el Ministerio y el sector para implementar aquellas técnicas que consiguen unas producciones más sostenibles: pueden ir desde aplicar determinadas dietas al ganado para reducir los gases generados en la digestión, hasta la forma de aplicar el purín en el campo o a determinar por ley la cantidad de gases que una explotación puede emitir en función de su tamaño.
El Ministerio, de hecho, introducirá un programa obligatorio de reducción de emisiones que se extenderá a todos los sectores ganaderos y para lo cual será imprescindible acudir a las mejoras técnicas disponibles.
Renovar toda la flota de maquinaria agrícola es otro de los objetivos en pro de la sostenibilidad y por ello el Gobierno favorecerá su retirada para sustituirla por la nueva, que es más eficiente y menos contaminante, según recuerda Orellana.
Estas acciones desde la Administración se suman a las impulsadas desde el propio sector ganadero.
Hay ejemplos en el porcino, el avícola, el ovino/caprino o el bovino pero, por centrarse en alguno de ellos, se puede destacar ahora la apuesta del vacuno de carne a nivel europeo para reducir la huella de carbono.
Se trata del programa europeo “Life Beef Carbon” del que forman parte 2.000 granjas (120 españolas) que tiene como objetivo rebajar la huella de carbono un 15 % frente a las emisiones actuales.
La gerente de la Asociación de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac), Matilde Moro, afirma que en los cebaderos se están implementando medidas como ajustar las raciones que se suministran a los terneros, mejorar la gestión del estiércol o colocar placas de energía solar.
El sector también ha lanzado el programa “Adaptavac” para prevenir las consecuencias que la crisis climática puede tener para el vacuno, adaptándolo a las nuevas demandas medioambientales.
En el ovino/caprino, se está potenciando a nivel comunitario un proyecto para conocer bien el balance de emisiones/absorciones con el fin de “demostrar” que en este tipo de ganadería pesan más las fijaciones de huella de carbono que las emisiones, según indica el director técnico de la cooperativa Oviaragón, Enrique Fantova.
También habla del programa iSAGE cuyo objetivo es mejorar la sostenibilidad de dicho sector en Europa rediseñando los sistemas de producción para las distintas poblaciones.