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Las tensiones étnicas en Etiopía, tarea pendiente

Publicado por
León

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Abiy Ahmed tiene por delante un gran reto en las tensiones entre los diversos grupos étnicos por territorio y poder. Abiy insiste en el concepto de Medemer, una palabra amárica -la principal lengua del país- para hablar de una convivencia y una unidad que están lejos de la realidad, pues Etiopía sigue atravesando una grave crisis debido a la existencia de decenas de grupos étnicos, disputas de poder entre ellos y la falta de federalismo de un Estado que teóricamente lo lleva en el nombre.

«El trabajo del primer ministro Abiy Ahmed está lejos de haber terminado», consideró el secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo, en un comunicado poco después del anuncio del galardón, que le va a reportar a este líder, de orígenes humildes y que creció durmiendo en el suelo, 912.000 dólares.

«Este premio tiene que empujarlo y motivarlo a enfrentar los desafíos pendientes de derechos humanos que amenazan con revertir los logros conseguidos hasta ahora», consideró Naidoo.

Entre ellos, las tensiones entre diferentes etnias, que, sumadas a aspiraciones de poder, han hecho que Etiopía figure en 2018 como el país con más desplazados internos del mundo.

El año pasado, en abril, miles de centenares de gedeos (uno de estos grupos) huyeron del territorio de West Guji, en la región de Oromía, en el sur del país, después de que surgieran disputas entre las dos etnias por acusaciones y reclamaciones por tener más poder en el Gobierno federal.

Abiy acababa de jurar el cargo de primer ministro, y prometía acabar con el puño de hierro que su predecesor, Hailemariam Desalegn, tenía contra todo alegato de nacionalismo, por lo que los primeros intentos fueron los de colaborar con agencias humanitarias y dar asistencia a los desplazados.

«Desafortunadamente, justo cuando la respuesta a la crisis de desplazamiento estaba ganando impulso, el Gobierno comenzó a presionar para realizar retornos forzosos», explica Refugees International en un informe.

En junio, apenas en dos días y a golpe de megáfono, se echaron abajo los campos de desplazados donde se encontraban los gedeos y les quisieron enviar de vuelta a West Guji. También se ordenó a los organismos humanitarios que estaban dando asistencia que abandonasen la zona. El Gobierno de Abiy había lanzado su plan de «retorno voluntario». Y esto se repitió a lo largo del año pasado en varias ocasiones. Esta es una de las crisis que ha provocado que alrededor de 2,3 millones de etíopes sean desplazados internos en su propio país, y 1,7 millones hayan huido de él, según las cifras del Consejo Noruego de Refugiados (NRC). El secretario general del NRC, Jan Egeland, considera que Abiy debe «ser valiente» para resolver las tensiones latentes y acabar «con las miserias y el sufrimiento de millones de desplazados». Etiopía es, sobre el papel, un Estado «etnofederalista», que reconoce la igualdad de todos los grupos. | irene escudero