Diario de León

INVESTIGACIÓN

Una científica de la ULE colaboró en Harvard con el Nobel de Medicina

"Fui testigo de los primeros hallazgos", afirma Carmen Marín

Carmen Marín, ayer en la Universidad de León. DL

Carmen Marín, ayer en la Universidad de León. DL

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La investigadora del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León (ULe), Carmen Marín Vieira, realizó su etapa postdoctoral con el doctor William Kaelin en Harvard y asistió a los descubrimientos iniciales que sentaron las bases para el Nobel de Medicina y Fisiología, que ha sido otorgado este año a los investigadores Gregg Semenza, Peter Ratcliffe y William Kaelin.

Según informó ayer la institución académica en nota de prensa, Marín Vieira fue testigo, en un laboratorio de la Universidad de Harvard hace más de veinte años, de los primeros pasos de un camino que les ha llevado a dar con los mecanismos moleculares mediante los cuales las células detectan los cambios en los niveles de oxígeno y se adaptan a ellos.  

«El doctor William G Kaelin (Bill) fue mi jefe y mentor durante mi etapa posdoctoral en el Instituto Dana Farber, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. Yo me integré en su laboratorio en el 1996, en la etapa inicial de su laboratorio cuando su grupo aún lo constituíamos seis investigadores», asegura.  

Durante aquellos años, ha señalado que «fue muy emocionante ser testigo presencial de los descubrimientos iniciales que sentaron las bases para este galardón».  

Recordó que «hace dos años todos los postdoctorales de Bill nos juntamos para celebrar su 60 cumpleaños y los 25 años de su laboratorio, una reunión que llamamos The Kaelin Legacy , El Legado de Kaelin, para el que diseñamos un logo representado con burbujas y en cada una figura el nombre de los que participamos de aquellos inicios». «Pocos nos imaginamos que ese legado iba a ser el premio Nobel de Medicina», apostilla.  

Los tres científicos —Kaelin, Ratcliffe y Semenza— se reparten el Nobel a partes iguales por haber aclarado un mecanismo fundamental que permite a todos los animales transformar oxígeno en energía, un tipo de metabolismo —aerobio— que genera 15 veces más energía que el anaerobio, sin aire. Los tres científicos desvelaron cómo las células son capaces de sentir los niveles de oxígeno en su entorno y adaptar a ellos el metabolismo.

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