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Un premio de altura para doña Elisa

A sus 86 años, esta mujer lacianiega narra la que para ella ha sido la mejor experiencia de su vida, subirse al helicóptero de calleja y admirar su precioso valle

Elisa Gómez, ya en su cocina, explica su experiencia delante de las cámaras. ARAUJO

Villablino

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No es habitual ser una de las protagonistas de un programa de televisión y más cuando se pasa de los ochenta años, sin embargo en el programa Volando voy, que presenta Jesús Calleja, todo puede ser posible, y este es el caso de Elisa Gómez, una mujer de Caboalles de Abajo de 86 años que ha sido una de las personas que ha intervenido en el citado programa y se ha subido al helicóptero del famoso presentador y aventurero leonés.

Elisa Gómez es una mujer sencilla, humilde y con una gran sonrisa en su cara, a pesar de que la vida para ella no fue fácil. «Me quedé huérfana de niña y con doce años ya estaba sirviendo en una casa», explica. Tiempo después conoció al que fue su marido durante 62 años, tuvo ocho hijos, y con los años llegaron los nietos, un total de 13, y para completar la familia cuenta con 6 bisnietos. Esta mujer que ha tenido que trabajar muy duro en distintas profesiones, como modista, peluquera, en el campo y sin embargo destaca que ha sido «la mujer más feliz del mundo».  

Además, es muy conocida en su pueblo ya que el pasado año recibió el premio Madreña en el concurso convocado Diputación de León para reconocer su labor dentro del mundo rural.  

Para Elisa fue una gran sorpresa participar en este programa. «Nunca había participado en ningún programa y aunque al principio estaba algo escéptica por como iban a hacer el programa, después me encandiló», recuerda. Y es que tan sólo tiene palabras bonitas para Calleja y su equipo. «Me trataron muy bien, son todos maravillosos». Especialmente describe al aventurero como «una persona sensible, muy humana». «Nunca vi a alguien tan completo como él, lo tiene todo», añadió.  

Respecto al programa, Elisa señala que le ha gustado todo, desde las charlas con Calleja y su equipo hasta subirse al helicóptero. «No quería, había dicho que antes muerta que subirme ahí». Sin embargo Calleja consiguió convencerla para que esta lacianiega pudiera ver el valle desde la altura. «Jesús me dijo que si subía iba a ser la envidia de todo el valle y entonces le dije que adelante», relata Elisa, entre sonrisas. El viaje tuvo una duración de casi dos horas. Elisa pudo contemplar entre otras zonas el valle de Laciana, el Puerto de Leitariegos e incluso la zona de Carrasconte. «Cuando nos acercábamos a algo que a mi me gustaba mucho, descendía todo lo que podía para que lo viera en condiciones», concreta Elisa que califica esta experiencia como «la más bonita que he podido tener». Como detalles anecdóticos, Elisa cuenta que cuando lo vio le preguntó por su perro. «En vez de Milú, le llamé Malú», comentaba, mientras sonreía al contarlo. Después del viaje en helicóptero, Elisa afirma que «el valle que tenemos es de lo más bonito que puede haber» y cree que tras el programa las visitas a Laciana aumentarán. «La gente vendrá aquí a conocer esto, estoy segura».