EL LENGUAJE DE LA CIENCIA
maría j. muñiz | león
«Las matemáticas que dan la posibilidad de escapar de los límites del mundo físico». Es lo que piensa María Ángeles García-Ferrero, investigadora postdoctoral en el Instituto Max-Planck de Matemáticas de Leipzig, en Alemania. La investigadora leonesa acaba de recibir uno de los Premios Vicent Caselles, en una «gala de las matemáticas», según la definen sus organizadores, que pretende poner en valor esta disciplina como «el lenguaje de la ciencia, el conocimiento y la racionalidad». Concedidos pro la Real Sociedad Matemática Española y la Fundación BBVA, los organizadores de estos galardones apuntan que «la matemáticas se infiltran cada vez más en la tecnología, la economía y en general en la vida cotidiana. Pero los investigadores que trabajan en este campo siguen integrando una de las familias científicas más desconocidas para el gran público».
Con el reconocimiento a los jóvenes investigadores se pone en valor una dedicación a «la belleza de las matemáticas, la curiosidad que les mueve a explorar el universo de las ecuaciones y el deseo de participar en lo que ellos viven como un juego fascinante, y a la vez imprescindible para impulsar el avance de todas las ramas de la ciencia».
García-Ferrero está desarrollando su investigación en ecuaciones derivadas parciales, que «surgen de modelos de fenómenos físicos como la distribución del calor, la propagación de un sonido o el movimiento de un fluido». Uno de sus trabajos de mayor impacto, según destacan desde la organización de los premios, está relacionado con ecuaciones que describen la evolución de la temperatura sobre una superficie. «Estudiamos la localización de los puntos donde la temperatura es más alta que en el entorno, y hemos probado que estos puntos donde la temperatura es máxima pueden encontrarse siguiendo cualquier camino que pensemos con antelación», señala.
La investigadora leonesa destaca que «las matemáticas te dan libertad para decir que esta es la realidad que observas, y de la que nace tu problema, pero en un punto determinado puedes abstraerte de ella y generalizar los resultados tanto como puedas, mucho más allá de las observaciones. Resolver un problema tiene que ser como un pintor cuando termina un cuadro: lo contemplas y todo compensa. Aunque es una sensación muy efímera, porque al ver el cuadro también ves lo mucho que te queda por hacer».
Las distinciones que entrega la Real Sociedad Matemática Española reconocen a «autores de relevantes y continuas aportaciones en los ámbitos del quehacer matemático. La sociedad destaca «la importancia de un relevo generacional en el que los jóvenes investigadores deben asumir un mayor protagonismo de cara a mejorar la actividad matemática en nuestro país, y también en su proyección internacional».
La institución está implicada también en el movimiento que reconoce la necesidad de incorporar a más mujeres «en todos los estratos del ámbito académico, derribando barreras y techos de cristal existentes». Y también en la mejora de la educación matemática, que «en los niveles no universitarios debe estimular la pasión por la curiosidad, el contraste de hipótesis y modelos». Además, incide en la necesidad de impulsar la divulgación científica. «Las matemáticas forman parte de una cultura integral, que debe iniciarse en un sistema escolar sin compartimentos estancos y que se refleja en la vida cotidiana a través de una mejor comprensión de la realidad que nos circunda».