Salud
Cuando coger una taza es misión imposible
La artritis reumatoide es una enfermedad de origen desconocido con un pequeño porcentaje de factores genéticos y un peor pronóstico asociado al consumo de tabaco. El servicio de Reumatología del Caule y la Liga Leonesa de Reumatología celebraron ayer un diálogo con pacientes para mejorar su calidad de vida.
Más de 3.000 personas sufren en León alguna enfermedad inflamatoria articular. Forman parte de las llamadas enfermedades autoinmunes, de origen desconocido. Más de 800 están atendidas en la consulta de Reumatología del Hospital de León por artritis reumatoide, artritis psoriásica y espondilitis.
«Las artritis engloban enfermedades inflamatorias crónicas que afectan a las articulaciones y también a otras partes del organismo», explica la doctora Trinidad Pérez Sandoval, jefa del servicio de Reumatología del Caule (Complejo Asistencial Universitario de León).
Se trata de una enfermedad crónica que debuta a cualquier edad, desde la infantil hasta los 60 años, y se manifiesta en forma de brotes con dolor e inflamación en las pequeñas articulaciones como muñecas, pies, codos y rodillas, además de malestar y cansancio.
El 10% pueden tener familiares de primer grado también con artritis, pero los factores externos como el consumo de tabaco, determinadas infecciones y la clave está en darles el tratamiento adecuado. «Hoy disponemos de un arsenal terapéutico que puede evitar las deformidades» en las que derivan las inflamaciones si no son tratadas a tiempo y con los fármacos adecuados, explica la doctora Sandoval.
«Se busca la remisión de la enfermedad y el daño estructural, que las personas afectadas puedan desarrollar su vida de la forma más normal posible, además del alivio del dolor», añade.
La rigidez de las articulaciones es uno de los efectos que producen los brotes. Mar Calzado, presidenta de la Liga Reumatológica de León (LireLeón), muestra cómo se sienten las personas afectadas cuando sufren un brote en la iniciativa Un café con artritis que se realiza durante el mes de octubre, dedicado a esta enfermedad.
Con unos guantes rígidos y unas zapatillas de cordones, cualquier persona sin artritis puede experimentar lo que se siente cuando se produce un brote de artritis reumatoide. Coger una taza con las manos, en mitad de un brote, también es misión casi imposible. Mar empezó a saber lo qué era esta sensación con tan solo 18 años. Ahora tiene 51. «Me empezó a doler una mano, luego noté que se me hinchaba la muñeca, después la otra y a los pocos días, los pies», explica.
Las pastillas que le recetaron no le hacían efecto, así que su médico de cabecera le derivó a la consulta de Reumatología. Actualmente, cuenta Mar Calzado, «tengo las manos bastante deformadas y también los pies». Tuvo que dejar de trabajar, pero su vida no se ha detenido. «La artritis me cambió la vida 365 grados, andaba en bicicleta en el pueblo... Pero cada cuerpo es un mundo», subraya.
La fotografía —es habitual ver a Mar cámara en ristre— se ha convertido en un asidero al que agarrarse para vivir con la mejor calidad posible y para ayudar a otras personas a través de la asociación. LireLeón empezó a formarse en 1995 y Mar Calzado está al frente desde 1996.
Fruto de la colaboración con el servicio de Reumatología son jornadas como la de ayer en la que participó todo el equipo de este servicio hospitalario. ‘Dialogamos sobre artritis’, organizada en León por la Liga Reumatológica (LireLeón) de esta ciudad y la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis) con motivo del mes dedicado a esta enfermedad crónica abordó las recomendaciones de cuidado, las alertas y los controles tanto desde el punto de análisis como de vida saludable para sobrellevarla mejor.
Evitar el sobrepeso, practicar ejercicio moderado y abandonar el tabaquismo son algunos de los consejos que se dieron. Dieta y cuidados posturales también ayudan a mantenerse en mejor forma. La disminución del estrés emocional es otra parte fundamental en las estrategias complementarias a los medicamentos, en las cuales la enfermería juega un papel esencial.
Los tratamientos farmacológicos para la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias articulares han experimentado mejorías notables en las últimas décadas. En los años 80 se introdujo el metotrexato y a comienzos de este siglo empezaron a salir diversos tratamientos biológicos dirigidos a los mediadores inflamatorios.
El diagnóstico, a día de hoy y en León, se realiza «con bastante prontitud». Tres meses se considera una ventana adecuada para aquilatar los síntomas y las pruebas analíticas necesarias.
Según la doctora Sandoval, actualmente el personal de medicina de familia se forma en todos los servicios hospitalarios, incluido el de Reumatología, lo que contribuye a un diagnóstico más rápido y certero. Una vez que se tiene el diagnóstico, el seguimiento de pacientes queda en manos del personal especialista.
Otra ventaja es que «no tenemos restricciones respecto al uso de novedades terapéuticas», añade la jefa de Reumatología.
Lo que sí hace falta es más personal. «En Castilla y León es una especialidad que se incorporó tarde y solo hay dos hospitales que ofrezcan la formación.
El Caule es uno de ellos. Desde 2009 cuenta con acreditación docente para la formación de MIR. También el Hospital Clínico de Salamanca está autorizado para formar en esta especialidad de Reumatología.
Las consultas de León cuentan con especialistas en Remautología más un equipo multidisciplinar (dermatología, aparato respiratorio, oftalmología, cardiología) para atender las afecciones que puede producir la artritis en los órganos correspondientes.
La artritis reumatoide afecta más a las mujeres, mientras que la espondilitis anquilosante (que se manifiesta más en columna y en los hombres) es más frecuente entre los hombres. Además, existe otra variante como la artritis psoriásica, que afecta de modo especial a la piel.
La asociación cuenta con una sede en la calle Frontón (centro cívico de Mariano Andrés) que abre al público los martes a partir de las 17.00 horas. También cuenta con un teléfono de atención, para atender a las personas con problemas de movilidad: 610 07 15 26.