«En el medio rural, con tanta población mayor, debería haber más educación sanitaria»
ana gaitero
LEÓN
Elena Rodríguez Arteaga (Fresno de la Vega. 1950) tiene a sus espaldas una larga carrera profesional como enfermera y, especialmente desde la jubilación, como experta en Reumatología. Una de las últimas publicaciones en las que ha colaborado es el libro Manual de terapias parenterales y procedimientos en el paciente reumatológico, de 2018, aunque desde 2009 son numerosos los módulos de formación y publicaciones en las que participa para compartir su conocimiento. Su matrimonio con un palestino le llevó a Trípoli donde trabajó en la Embajada de España, aunque no como enfermera, le toó hacer de enfermera.
—¿Por qué eligió la enfermería como profesión?
—Porque siempre me ha gustado cuidar a las personas enfermas. Desde que tenía siete años, cuando me preguntaban que quería ser de mayor yo decía enfermera.
—¿Cómo ha evolucionado el papel de la enfermería en la atención sanitaria desde que usted empezó?
—La enfermería como profesión ha estado en continuo avance desde que se considera como la esencia de los cuidados a los pacientes. Se inicia en la poca de la guerra en Europa con la atención a los heridos. De ahí surge la necesidad de preparación continua por la complejidad de las patologías y crece a la par que los avances en la medicina. Somos una profesión independiente y como tal hemos evolucionado en cuanto a técnicas cada vez más complejas y esto ha exigido una preparación universitaria, que se ha ido adaptando en los diferentes países.
—¿Cuáles son los retos actuales de la enfermería en el cuidado de la salud de las personas?
—Cada vez se avanza más en la mejora de los cuidados y en este sentido, la formación en España se ha dirigido por la especialización. En los hospitales queda mucho por desarrollar en cuanto a la ocupación de puestos de trabajo por enfermeras especialistas, pero están consideradas las matronas, la especialidad de pediatría y psiquiatría, además de los puestos específicos técnicos en el área quirúrgica como son las perfusionistas en cirugía cardiaca y otros como el servicio de nefrología en la diálisis y urgencias hospitalarias. En cuanto a la atención primaria, ha avanzado por delante y en la actualidad ya se consideran los puestos para la enfermería formada con el título de especialista en enfermería familiar y comunitaria. Es desde este primer nivel de atención sanitaria, donde la enfermera se muestra más cercana al paciente y a sus necesidades de atención y cuidados, en especial en la población mayor. Toda la atención está protocolizada y la enfermería realiza un papel especial en la educación para la salud con los recursos disponibles y el apoyo de todos los profesionales que integran los equipos.
—¿Cómo llega a especializarse en enfermedades inflamatorias autoinmunes?
—En el año 1998, con la remodelación del HCSC, la dirección de enfermería me ofrece junto a otra enfermera, organizar y poner en marcha el Hospital de día médico. Las derivaciones de pacientes que requerían tratamientos parenterales y observación de algunas horas tras un procedimiento eran derivados al HDM desde diferentes Servicios como Neurología, Reumatología, Enfermedad Inflamatoria Intestinal y Dermatología, entre otras. El 1990 con la llegada de las terapias biológicas y el interés de la industria farmacéutica comienza la formación de las enfermeras en estas enfermedades inflamatorias y autoinmunes.
—¿Qué estrategias enseña a la profesión para ayudar a las personas que padecen estas patologías?
—Las enfermeras tienen un amplio e importante papel en todos los ámbitos asistenciales, tanto en atención primaria como en atención especializada, dirigido globalmente a optimizar el tratamiento y las indicaciones de estilo de vida prescritos, reduciendo la pérdida de adherencia terapéutica de los pacientes y asesorando sobre todas y cada una de las muy diversas particularidades que puedan suceder.
—Aunque usted ha ejercido en Madrid, conoce algo la sanidad rural por su pueblo, supongo. ¿Cómo ve la atención primaria actual en sitios como Fresno de la Vega?
—Conozco la atención en la sanidad rural desde que nací. Para mí y para la familia, el médico y el practicante de entonces fueron siempre muy cercanos, como de la familia y cualquier necesidad se atendía de inmediato, sin necesidad de esperar. Ahora ha cambiado por la evolución de la población y la planificación sanitaria conforme a los recursos que asigna cada servicio regional de salud. No es lo mismo, pretende ser cercano, pero es mucho más distante. Antes vivían en el pueblo y ahora sólo están en las horas asignadas para las consultas.
Los vecinos del pueblo ya conocen como está la planificación sanitaria, aunque en muchas ocasiones acuden para recibir asistencia sin tener una orientación adecuada de sus necesidades. En el medio rural, dado que cada vez hay más población mayor, debería haber más dedicación para la educación sanitaria de la población, pero el actual sistema no lo permite por falta de tiempo para los profesionales sanitarios.
—Con los recortes en sanidad para las zonas rurales se habla de que la enfermería esté en la primera línea y el personal médico sea más selectivo. ¿Le parece una buena estrategia?
—Creo que no es una mala intención de organizar al personal sanitario en el medio rural. Faltan muchos médicos en España y es muy triste que nadie quiere quedarse en el medio rural. Con buena intención se pretende que la enfermera sea de primera línea en el medio rural. Si se analizan las estadísticas de frecuentación en consultas médicas, hay una gran parte que la enfermería podría filtrar a través de una adecuada orientación y como he dicho antes educación para la salud y saber cuándo es indicada la atención del profesional médico.
La preparación universitaria y la especialidad, permiten a la enfermería mayor autonomía sin necesidad de que toda la atención sanitaria pase por el profesional médico. Ahora la profesión ya puede incluso recetar, está contemplado en el Decreto de Prescripción Enfermera y los Colegios Profesionales tienen en cuenta todas las funciones que se pueden desarrollar por la formación específica.
—¿Hacia dónde va la sanidad pública? ¿Logrará España conservarla?
—Lo público creo que nunca se va a destruir. Es algo ya estructurado en España y estamos a la cabeza de los sistemas sanitarios del mundo. Hemos logrado aprender de algunos países y ahora todos nos miran en los avances que hemos conseguido.
Debemos continuar en esta línea de progreso, porque hay que seguir mejorando en la humanización sanitaria y en el trato y la consideración de los profesionales. De esta manera tendremos el reconocimiento que nos corresponde.
—¿Qué recuerdos tiene de Fresno de la Vega y de León?
—Los mejores recuerdos de la infancia y la adolescencia, de lo que me pudieron enseñar mis padres, abuelos, y toda la educación que tuve en la Escuela, que me orientaron para el estudio y hago esta mención especial a la Escuela Rural que ha tenido un protagonismo especial para mi preparación y la de nuestra generación. Abogo por que no se destruya y que los alcaldes rurales defiendan siempre el mantenimiento con las ayudas necesarias. En Fresno de la Vega, la escuela rural cumple 100 años en el 2020 y desde aquí quiero manifestar mi homenaje a todos los maestros que han contribuido a la formación de los que hemos pasado por la escuela y muy en particular a la que fue mi maestra Amparo Gigosos Arteaga.
—¿Viene con frecuencia a la casa natal?
—Siempre que puedo, aunque no tanto como me gustaría. Nunca fallo en la Feria del Pimiento Morrón a finales de septiembre.