Sanidad
El alcohol también perjudica las relaciones sexuales
Mitos y realidades de una antigua droga legal. Francisco Jorquera, jefe de Digestivo y Enfermedades Hepáticas del Caule, habla hoy sobre la relación con el alcohol en una charla de Arle con motivo del Día Mundial Sin Alcohol. Desmontará los mitos y pondrá cifras a la realidad
El alcohol daña la salud, es la principal causa de accidentes de tráfico, desencadena problemas en el trabajo y en la familia e incluso desencadena crímenes violentos... Y, muy en contra de lo que se cree, tampoco favorece las relaciones sexuales.
Así lo asegura Francisco Jorquera, jefe del servicio de Digestivo y Enfermedades Hepáticas del Caule, que esta tarde ofrece una charla sobre ‘El alcohol en nuestras vidas: mitos y realidades’, a las 18.30 horas, en el salón de actos del Ayuntamiento de León (entrada por Alfonso V) con motivo del Día Mundial Sin Alcohol organizada por Arle.
«En torno al alcohol se han creado una serie de mitos, como pensar que mejora el funcionamiento sexual porque ayuda a desinhibirse, pero muy al contrario es un inhibidor, va peor», subraya.
En el mismo sentido se manifiesta el informe de Boston Medical Group que advierte que sólo un consumo moderado de alcohol —entre 30 y 60 cm3 (menos de dos copas)— puede favorecer el apetito sexual. Si se traspasan estos límites el alcohol dificulta seriamente las relaciones interpersonales.
«A pesar de que pueda despertar un estímulo erótico alto, interfiere en la capacidad de mantener una erección adecuada» y provoca disfunción eréctil que en el caso de las personas alcohólicas es crónica. De hecho, más del 50% de los varones menores de 50 años tienen problemas de erección en estado de embriaguez.
El alcohol acompaña la vida cotidiana de la humanidad «desde que el mono se bajó de los árboles», apunta Jorquera. Se sabe que la primera cerveza tiene más de cinco mil años y en la Biblia se relata el episodio de la embriaguez de Noé que Miguel Ángel inmortalizó en la Capilla Sixtina de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Cuatro mil años después, el alcohol es una industria poderosa que genera un negocio de más de 10.000 millones de euros. Sin embargo, estas cifras también algo de mito. «Más de cuatro mil millones se van en gasto sanitario y hay daños, como las muertes, que no se cuentan».
Jorquera, a la vista de esta estrecha relación cultural que existe con el alcohol, no aboga por la prohibición y señala que los límites frente al alcohol dependen del contexto.
«Alcohol y volante son incompatibles. No hay un nivel que se pueda decir que aquí es peligroso o no porque a cada persona le afecta de una manera», subraya. El alcohol, asegura, es la tercera causa de muerte evitable, la primera entre la población juvenil.
A menudo provoca la muerte «no de quien bebe, sino del que se cruza con el que bebe; igual que ocurre con los crímenes violentos, los padece quien no ha bebido», apostilla. Con estas consecuencias fatídicas, el especialista hace hincapié en que el abuso del alcohol implica «una responsabilidad social» que va más allá del propio hígado o páncreas.
El alcohol causa 40.000 muertes al año en España, casi tres millones en el mundo y de ellas una tercera parte se deben a accidentes de tráfico, otra tercera parte se deben a cáncer y trastornos infecciosos. «No se trata solo de cáncer hepático, el alcohol es promotor de otros tumores». Los fallecimientos por trastornos digestivos ocasionados por el abuso del alcohol suponen una quinta parte y otro 20% fallecen por problemas cardiovasculares.
El impacto sobre las enfermedades mentales es otro daño frontal del alcohol que no siempre se valora. «Produce trastornos crónicos y es posiblemente la causa adquirida más importante de demencia», explica.
El alcohol es también la primera causa de trasplante hepático en León y en Castilla y León, comunidad donde se bebe por encima de la media nacional, según señala la Encuesta sobre el Consumo de Alcohol y Drogas entre la población de 15 a 64 años. Definitivamente, el abuso del alcohol reduce la calidad y la cantidad de vida. «Quita una media de 30 años de vida», subraya Jorquera.
Desde el punto de vista sanitario, el jefe de Digestivo y Enfermedades Hepáticas defiende la labor de los profesionales de Atención Primaria y los equipos de Salud Mental en la detección precoz de personas que están en riesgo de caer en el alcoholismo.
En este sentido, aboga por la creación de unidades multidisciplinares para apoyar a los enfermos por abuso de alcohol. También resalta el papel de las asociaciones que desarrollan programas terapéuticos basados en el ejemplo de personas que han logrado salir del alcohol.
Los adolescentes empiezan antes de los 13 años, cada vez más mujeres beben en exceso y el 0,4% de la población trabajadora confiesa que en los últimos treinta días ha tenido problemas en su centro laboral debido al alcohol.
En España son 1,7 millones de personas las que reconocen que consumen alcohol de forma diaria como «una necesidad», señala la Asociación Para el Tratamiento y Rehabilitación del Alcoholismo (Atra).