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Publicado por
León

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nicolás miñambres

Una reproducción de parte de los frescos de San Isidoro envuelve con pulcritud las páginas de José María Fernández Cardo, autor de este Diccionario biográfico sobre don Antonio Viñayo, abad eterno de San Isidoro. El lema de la obra (tres palabras semánticamente progresivas, de un verso de Luis Mateo Díez, «Ni sueño, ni delirio: vuelo») anticipan el espíritu de la obra. No es de extrañar que lo escrito resulte original en su composición y en sus partes: Llovía (Palabras-prólogo de Ana Suárez González),Semblanza y Diccionario biográfico, con una nota previa, aclaratoria: «Este diccionario tiene tantas entradas como años cumplió el biografiado: noventa». La obra se cierra Epílogo y notas y dos Apéndices: Producción bibliográfica y Documentos gráficos. Se termina con un Índice onomástico, cuya prolijidad se justifica por la hondura humana y la amplitud humanística y científica de Viñayo. Aunque abundan las entradas interesantes, es irrenunciable la entrada 14, dedicada al Camino de Santiago, creada con erudición y entusiasmo a lo largo de catorce páginas. E igualmente otras, como Camposagrado, encarnación del sueño espiritual, como otros tantos lugares. La entrada 90, Vita Via est, hace alusión a la marcha final: «aquel amanecer de aquel jueves de invierno, 13 de diciembre de 2012, hacia las ocho treinta de la mañana…». Estaba con su hermano Manuel, que, inesperadamente, le había preguntado: «Antonio, ¿por qué no te duermes?»… para que don Antonio respondiera... «Me dormiré si me dejáis». Estas fueron sus últimas palabras. Y ese, su último sueño.

En su personalidad sobran los detalles humanos y religiosos, dispersos por las diversas entradas, pero es necesario repasar el Apéndice I, en el que están las referencias de toda la actividad intelectual y bibliográfica de don Antonio. El Apéndice II aporta sus Documentos gráficos, tan próximos al personaje, preocupado de la ciencia,.