Donde solo pasa el tiempo
Es el lugar perfecto donde perder la noción del tiempo. O no; puesto que hay más de 300 piezas que no permitirán al visitante lograr esa premisa. Una experiencia que podrá vivir en primera persona en Astorga toda aquel que opte por visitar el Museo del Tiempo. Un lugar de reciente creación —puesto que abrió sus puertas en abril de 2017— y, por ello, desconocido todavía por muchos.
Las instalaciones del museo se encuentran en la calle Martínez Salazar de Astorga, en la planta baja del Hotel Imprenta Musical. Allí, todo aquel curioso o aficionado a la relojería, puede contemplar y disfrutar de una colección de 323 relojes antiguos en total que han sido recopilados y restaurados por el relojero José Ramos —también conocido por dar vida al césar Josefus Orologius durante 25 años—.
Un museo que nace tras toda una vida dedicada a este oficio con muchas horas de trabajos y una ingente cantidad de relojes adquiridos durante todo ese periodo y desde su jubilación hace ya unos años «hasta el punto de tener que guardarlos debajo de la cama por falta de espacio», asegura Ramos entre risas. De hecho, asevera que «tengo relojes para poder hacer tres veces este museo».
Una idea que ni se imaginaba cuando ejercía su profesión como relojero, pero que llevó a cabo una vez jubilado tras comprobar que contaba con una ingente cantidad de relojes. Con algunos cedidos, otros regalados y otros adquiridos en anticuarios o en ferias de relojes internacionales, puso en marcha este museo que causa una sorprendente y curiosa sensación a toda aquella persona que decide ir a visitarlo.
Una colección de relojería de torre, de relojes de pared, de sobremesa, de Morez, de cucú, de despertadores y un largo etcétera de tipos que datan desde el siglo XVII hasta el XX. Algunos auténticas joyas como una pieza veneciana de cristal de Murano. De sus paredes también cuelgan relojes franceses (algunos de ellos eróticos), un autómata americano, piezas holandesas, chinas y rusas, además de españoles. Asimismo, atesora una gran colección de relojes de bolsillo —uno de los cuales obra de Losada— sobre los que apunta: «en el museo tengo una muestra de 65, pero tengo una colección de más de 700».
Entre todos ellos, destaca el último de los añadidos a los más de 300 y que adquirió en una feria de relojes en Alemania, siendo el más antiguo que se puede observar en el museo datado del año 1700.
Una colección de relojes en la que todos y cada uno de ellos se encuentra en perfecto funcionamiento gracias a la labor de José Ramos, puesto que adquiere los relojes estropeados y luego él mismo se encarga de repararlos. Entre las complicaciones, señala que «en muchos casos ya no se fabrican las piezas que requieren y las fabrico yo como puedo».
Uno de los que más tiempo le llevó restaurar fue el antiguo reloj monumental del Ayuntamiento —que se encuentra en el museo cedido por el consistorio y es la parte central de la exposición— al que dedicó dos años de trabajo. Una pieza que estuvo en lo alto de la casa consistorial desde 1807 hasta 1974 cuando fue sustituido por el actual. «Este reloj vio pasar a Napoleón por Astorga», resalta Sixto Ramos, primo de José que le echa siempre un cable con el museo.
Pese a no ser de lo más conocido de Astorga, en lo que va de año y hasta la fecha, por el museo han pasado un total de 5.385 visitantes, de los cuales el 15% eran astorganos, el 17% peregrinos y el 68% turistas. Una colección única y posible gracias a la pasión por los relojes de José Ramos que puede ser visitada sábados, domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas; o de lunes a viernes bajo reserva previa en el teléfono 661 479 111.