«me gusta la rivalidad EN LA LUCHA, que sea difícil ganar»
ÁNGEL FRAGUAS
Tomás González ‘Tomasuco’ lleva el deporte de la lucha leonesa en la sangre. El de La Vecilla en edad juvenil ya había mostrado sus dotes de extraordinario luchador en un Ribera-Montaña. Tumbó a ocho rivales y se llevó, además de la parte del gallo que le correspondía, el mazapán en aquel momento en el que ya se vislumbraba como un destacado deportista en esta modalidad tan arraigada en tierras leonesas. Tomasuco destaca por su raza de luchador. Ya desde su infancia imaginaba grandes gestas y sus sueños de lucha se hicieron realidad a la orilla del Curueño.
Convertido en uno de los héroes para la grada que acude a los corros, afronta este deporte con pasión y orgullo de una familia de lucha. Se ha proclamado campeón de la Liga de la Regularidad y también del Provincial en el peso semipesado.
Por su capacidad para entregarse a la lucha, por sus formas que recuerdan al luchador antiguo de raza y por su peculiaridad decisiva en el desarrollo de los corros es uno de los favoritos de la afición a la lucha leonesa. Todos sus hermanos han luchado. En su casa se vive con intensidad y casi religiosidad el deporte de la lucha leonesa. «La familia me ha ayudado mucho para progresar en el día a día. Para mí supone un reto, entendido como forma de superación, para tratar de ser el mejor de todos mis hermanos. El apoyo de los míos siempre me ha ayudado mucho para crecer y ser cada día mejor», afirma.
Tomasuco recuerda sus inicios en el deporte de la lucha leonesa: «Comencé con tres años en La Vecilla. Como federado llevo practicando la lucha leonesa desde los cinco años. A esa edad participé ya en una Liga de base; la única que perdí. En aquel momento no existía la categoría de prebenjamines. A todos los que me enfrentaba me sacaban dos o tres años. Recuerdo que aquella liga la ganó Filín. También recuerdo el comienzo de la decadencia. En un principio comenzamos siendo doce o catorce luchadores por cada categoría y finalmente acabamos siendo sólo dos por categoría. Al final daba lástima porque bajo estos mínimos no avanzábamos hacia el crecimiento que requería la lucha leonesa.
Como corros favoritos y especiales que tengan un plus de motivación bajo su punto de vista «son el corro de La Vecilla (el de su tierra) y también el Ribera-Montaña», aunque también el Corro de Campeones es otro de los especiales para finalizar la temporada competitiva de la lucha leonesa.
El hecho de que todos sus hermanos hayan sido luchadores le han proporcionado ventajas para progresar en el deporte de la lucha leonesa. Quizá el más destacado haya sido David, el que más parecido tiene con Tomás González en sus maneras de concebir la lucha. Tomasuco siempre ha mantenido al respecto: «Sí y no. David luchaba fudamentalmente por arriba, yo también lo hago, pero no esquivo tampoco la lucha por abajo. Quizá el mayor parecido sea que su lucha y la mía son de ataque y nunca especular».
Tomás González define su lucha como «arriesgada. El físico me acompaña y por eso salgo a darlo todo en cada combate. Creo que soy mejor atacando que defendiendo».
En cuanto a la maña que más le atrae, Tomasuco afirma: «La cadrilada, quizá sea la que más utilizo, pero la que más me gusta es el sobaquillo. He ido evolucionando, de pequeño solo hacia la cadera».
Propugna una lucha leonesa plagada de luchadores en los corros. «Cuantos más seamos mejor. Personalmente me gusta que haya rivalidad, que sea difícil ganar», mantiene el campeón de la Liga de semipesados y el Provincial.