Ingeniosos juegos quijotescos
nicolás miñambres
Son claros la afición y el conocimiento de José María Merino sobre El Quijote, que maneja desde niño, y de la obra de Cervantes, desde las lecturas lejanas. Ahora nos ofrece un homenaje personal y literario: «un minucioso recorrido del Quijote, siguiendo fielmente la estructura y contenido del libro original e incluso atravesando el plagio de Avellaneda, el tordesillesco autor». Como colaboración, Merino cita a multitud de cervantistas y sus obras. Una aventura arriesgada de la que sale victorioso. La experiencia literaria se humaniza con la compañía de un grupo de personajes amigos (eruditos, intelectuales, profesores…) de entre los que sobresale el profesor Eduardo Souto, amigo del autor, y de su compañera Celina Vallejo, catedrática de la Universidad Complutense. Se reflejan igualmente opiniones de grandes «investigadores» de estas tierras leonesas, como el leonés Sabino Ordás, José María Pozuelo Yvancos y…Natalia Álvarez. Conviene advertir que los capítulos de El Quijote, con forma tipográficamente diferente, son la parte esencial, en la que se unen y en la que comentan los diversos pasajes. No faltan juicios de afamados y reconocidos eruditos españoles, como es el caso de Francisco Rico o Martín de Riquer. Con tal planteamiento, la obra queda muy bien desmenuzada en lo humano y en lo erudito.
Complementando este aspecto del estudio, surgen múltiples notas y opiniones de Jose María Merino y de los viajeros que, aparte de comentar el Quijote, hablan y escriben, de lo divino y de lo humano: sobre el Quijote, sobre la comida, los hoteles, el paisaje. O sobre la Cueva de Montesinos, por ejemplo…Opiniones diversas que a veces adornan el argumento y dejan entrever su propia personalidad. Contemplando todo ello, los dos capítulos de «La derrota de Frestón» se transforman en un cuerpo sorprendente, inesperado, al comentar don Quijote una extraña confesión. La obra finaliza con un Epílogo, «La cuarta salida», pero eso debe descubrirlo el lector. En el fondo…son amenos recursos reutilizados por José María Merino.