Audi R8 V10 y LMS GT4. De carreras…
JAVIER F. ZARDÓN
Herencia… de carreras. Los Cuatro Aros lanzan una nueva versión, en serie limitada, del R8 V10 con propulsión trasera, que pasa a convertirse en una propuesta más dentro de la gama: llamativo diseño exterior, motor V10 (540 CV) en posición central, propulsión trasera y arquitecturas Coupé y Spyder.
Consecuencia: 3,7 segundos y 320 por hora de punta (3,8 y 318 por hora para el Spyder), son las cartas de presentación de las que hace gala el 5.2 FSI (inyección directa) que, además, entrega unos no menos contundentes 54,6 metros/kilo de par.
‘Envuelto’, todo ello, por una parrilla ‘Singleframe’ ahora más ancha y plana, con unas ranuras bajo el capó de recuerdan ‘poderosamente’ al icónico Sport Quattro. También se han sobredimensionado las entradas de aire, el ‘splitter’ delantero y la rejilla zaguera; incluso el difusor, flanqueado por las dos salidas ovaladas de los tubos de escape, se desplaza a una posición más elevada.
Los ‘sideblades’ del R8 V10 RWD manifiestan la especialidad de la versión: parte superior acabada en un brillante color negro ‘Mythos’ y sección inferior pintada en el color de la carrocería. El ‘lip’ frontal, los faldones laterales y el difusor trasero vienen, de serie, en negro brillante; mientras el paquete de estilo carbono brillante se ofrece como opción. Se montan llantas de 19 pulgadas, con neumáticos 245/35 delanteros y 295/35 traseros. Merced a la carrocería fabricada en aluminio, con partes realizadas en polímero reforzado con fibra de carbono, la ‘romana’ del Coupé se cifra en unos contenidos 1.695 kilos (55 menos en el Spyder).
Competición… pura. El R8 LMS GT4, que comparte más de la mitad de sus piezas con la versión de producción en serie —limitada—; se ensambla en la misma línea de montaje (Böllinger Höfe, en Neckarsulm) y está destinado a pilotos privados.
Desde 2018, su antecesor atesora 17 títulos en competiciones de todo el mundo. Esta actualizada versión, hereda rasgos estéticos de los modelos de producción y su motor V10 (5.2 litros) rinde 495 CV —según la normativa—, que se unen a una transmisión de doble embrague y 7 relaciones.
Ocho diferentes programas permiten al piloto ajustar, en cada carrera, el antibloqueo de frenos ABS y el control de tracción TC, seleccionándolos en función de la climatología, las condiciones de la pista, la adherencia de los neumáticos y demás parámetros del coche merced al volante GT2, dotado de mandos giratorios a tal efecto.