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León

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maría carro | ponferrada

Noviembre de 2018 fue un mes fatídico para el Bierzo. El cierre del Pozo Salgueiro de Torre, el último en activo; la desconexión definitiva de la central térmica de Anllares 36 años después de su acople a la red y la confirmación irreversible, por parte de Endesa, del cierre de la térmica de Compostilla II en 2020. Todo eso sucedió en noviembre del pasado año, pero la tragedia se venía cocinando tiempo atrás. Noviembre fue el mes del desenlace, el del entierro del modelo económico y social al que el Bierzo se lo jugó todo durante un siglo, sin preguntarse, sin tan siquiera considerar qué habría más allá del carbón. Ahora, irremediablemente, hay que enfrentar esa pregunta y en ello están los vecinos de las cuencas, las administraciones, la clase política y sindical y, en general, toda la comarca. Porque, de una u otra forma, todo el Bierzo comió del carbón.

¿Y ahora qué? La pregunta está en el aire esperando una respuesta y a ello tratarán de contestar los secretarios comarcales de las dos grandes organizaciones sindicales, UGT y CC OO; el alcalde de Páramo del Sil y el presidente del comité de empresa de Endesa en Compostilla. Omar Rodríguez, Ursicino Sánchez, Ángel Calvo y Juan Sobredo analizarán lo que queda en el Bierzo, lo que queda del Bierzo y lo que se puede traer. Siempre sobre la base de que ningún sector generará por sí solo lo que generó el carbón, ni en términos económicos ni de empleo.

La agroalimentación, el turismo y la gestión de los recursos forestales son algunos sectores que apuntan alto, pero ninguno de ellos puede absorber el volumen de puestos de trabajo que ha quedado desierto. Por ello, «necesitamos industria», asegura Omar Rodríguez y, para ello, «tenemos que estar conectados al resto de España». Las infraestructuras son ahora la clave, lo más inmediato a resolver. Un Bierzo aislado es un Bierzo asfixiado. El Corredor Atlántico y la A-76 son dos proyectos cruciales. Este último, fundamental para la actividad pizarrera. «Como dejemos caer este sector, nos metemos en un jaleo», subraya Rodríguez, partidario de un modelo industrial diversificado, con empresas de tamaño medio que operen en diferentes sectores para que, ante cualquier crisis, no se vuelva a producir lo que ha sucedido por el monocultivo del carbón.

Para el máximo representante de CC OO en el Bierzo lo más inmediato es, también, el desarrollo de infraestructuras que favorezcan la instalación de empresas en el Bierzo. Además de los citados por Rodríguez, Ursicino Sánchez recupera el proyecto de la autovía Ponferrada-La Espina y pone de relieve la necesidad de mejorar la conexión ferroviaria con León, para reducir el tiempo de viaje. «Uno de los grandes escollos es el aislamiento», insiste. «Cuando teníamos el dinero (fondos Miner), no se supo invertir. Había que haber invertido en infraestructuras, mirando más hacia el futuro y no fiándolo todo a aquel presente; pero entonces, nadie pensaba o quería asumir que el carbón se iba a terminar», añadió el secretario comarcal de CC OO.

Por su parte, el presidente del comité de empresa de Endesa en Compostilla defiende que hay proyectos industriales a los que se puede fiar el futuro de una parte importante de la economía berciana y coloca a la Ciuden por encima de todos, como eje vertebrador de un nuevo tejido industrial apoyado en las nuevas tecnologías y la innovación. En todo caso, para eso hace falta voluntad y es precisamente la voluntad de quienes tienen que tomar las decisiones lo que escasea, según defiende Juan Sobredo. Voluntad y unión para crear industria y para desarrollar las ya existentes, como la agroalimentación, ávida de inversiones en concentraciones parcelarias y modernización de los regadíos. Por ahí también pasa el futuro de un nuevo Bierzo al que le está constando despegar. Un Bierzo siempre caracterizado por la fuerza emprendedora de sus gentes busca nuevas horizontes.