El reinado indiscutible del vino en el Bierzo
maría carro | ponferrada
Si el sector vitivinícola de Castilla y León ha ganado fuerza en los últimos años en el conjunto de España, la Denominación de Origen Bierzo es una de las más reforzadas de la Comunidad y la que más ha crecido en el mercado exterior. Buenos tiempos para una DO que se acaba de colgar otra medalla: la zonificación. Un proyecto de clasificación y etiquetado que determina dónde crece la uva (región, villa, paraje y viña clasificada) y que es pionero en España. El Consejo Regulador de la DO Bierzo se ha adelantado a otras zonas que habían iniciado el procedimiento con anterioridad, caso del Priorat (Cataluña), y un tercio de las bodegas adscritas ya han comenzado con el proceso de trazabilidad de la uva para adaptarse a la nueva clasificación.
Además de poder «llamar a los vinos por su nombre» —según lo ha definido, en más de una ocasión, la presidenta de la DO, Misericordia Bello— el nuevo pliego de condiciones aprobado por el Ministerio de Agricultura incluye también la recuperación de las variedades Merenzao y 0; así como la ampliación del territorio adscrito a la DO a diez nuevos municipios que suman 240 hectáreas de viñedo más a las 2.450 existentes. Son Torre del Bierzo, Folgoso de la Ribera, Igüeña, Fabero, Toreno, Berlanga del Bierzo, Oencia, Sobrado, Trabadelo y Benuza. Con ellos, ya hay 32 municipios ligados al sello de calidad.
La DO Bierzo crece en territorio, crece en importancia y crecen también las ventas. Según los últimos datos de comercialización ofrecidos por el Consejo Regulador, en los primeros seis meses de este año salieron al mercado más de 4,7 millones de contraetiquetas. Esto es casi un 11% más de lo vendido en el primer semestre del año anterior y es la cifra más alta de los últimos tres años. Una tendencia alcista general solo frenada por las adversidades climatológicas, como sucedió en 2017.
Atrás queda el último año fatídico y satisfactoria ha sido la última vendimia, tanto en términos numéricos como de calidad. En la última campaña, los 1.309 viticultores y las 68 bodegas inscritas recogieron más de 13,3 millones de kilos de uva controlada por la Denominación de Origen, un 18,68% más que en 2018.
En esa evolución positiva del sector vitivinícola berciano tiene mucho que ver y decir el Banco de Tierras promovido por el Consejo Comarcal del Bierzo. Un proyecto pionero en el conjunto de Castilla y León que ha marcado un antes y un después en la recuperación de viñedo viejo y la apuesta más profesionalizada por el desarrollo de un sector competitivo y adaptado a las exigencias del mercado actual. Así, más del 40% de los contratos de cesión y alquiler realizados por el Banco de Tierras han sido para viñedos y, en solo un año, el trabajo que realiza este organismo ha permitido recuperar cuarenta hectáreas. Según los últimos datos oficiales ofrecidos, desde el año 2013, se han adjudicado y evitado el abandono de cerca de 700 fincas con viñas.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo es el polo principal sobre el que pivota el sector, el Banco de Tierras es una herramienta fundamental y el que está llamado a ser el tercer apoyo del mundo del vino en la comarca es la Asociación para el Desarrollo del Enoturismo en el Bierzo (Bierzo Enoturismo) que, tras un proceso de reconversión y ajuste de cuentas, ha «salido del ostracismo», según su presidenta, Misericordia Bello, y ya es «la segunda ruta que más interés despierta entre los enoturistas a nivel nacional». En este caso, el camino a realizar no ha hecho más que empezar y hace falta más apoyo institucional, dijo Bello.