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El fiasco de Madrid mete presión a Glasgow

El plenario de la COP25 se cerró sin cumplir ninguno de sus dos grandes objetivos y mete presión a la cita de 2020

El plenario de los pueblos en la COP25. FERNANDO VILLAR

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Efe | Madrid

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La Cumbre del Clima de Madrid se puso en marcha con dos grandes objetivos. Primero, lograr que los 195 firmantes del Acuerdo de París se comprometiesen a aumentar de forma significativa en 2020 sus planes de recortes de emisiones de CO2 para la próxima década (sus actuales compromisos son totalmente insuficientes). Segundo, pactar las normas para la creación de un mercado mundial del carbono, que fije un precio disuasorio para los estados y las empresas por la emisión de gases de efecto invernadero y les empuje a apostar con rapidez por la economía verde, y que, entre tanto, financie proyectos de transición ecológica en los países más desfavorecidos y castigados por el cambio climático.

Ambas fueron las prioridades enunciadas en la apertura de la COP25 por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, porque son las acciones pendientes que permitirían comenzar a aplicar el Acuerdo de París, que debe estar a pleno rendimiento como muy tarde para el 31 de diciembre de 2020, cuando expira el Protocolo de Kioto. Pero es que, como recordó Guterres, el mundo debe empezar a ejecutar este compromiso de inmediato, no solo por los plazos pactados en 2015, sino porque los informes científicos indican que la concentración de CO2 en la atmósfera no para de crecer, que se encuentra en su máximo histórico, y que si no se inicia ya, de inmediato, un profundo recorte en las emisiones, el calentamiento global alcanzará antes de 2030 el punto de no retorno, el momento en que ya será imposible parar el aumento de la temperatura en los 1,5ºC y las catástrofes climáticas serán una constante.

La COP26 no tiene margen de error. O es un éxito o el pacto nacerá herido y devaluado

El plenario de la XXV Cumbre del Clima se cerró el domingo sin haber cumplido ninguno de sus dos grandes cometidos y con ello metió toda la presión posible a los organizadores británicos de la COP26, que reunirá entre el 9 y 20 de noviembre de 2020 en Glasgow a unos 30.000 delegados y que, a diferencia de la de Madrid, también debería contar con la presencia de los primeros ministros y presidentes de las principales potencias mundiales si quiere forzar un compromiso de calado. La COP26, que se celebrará en los minutos de descuento, tanto de la aplicación del Acuerdo de París como del punto en que aún es posible frenar el calentamiento global, no tiene margen de error. O es un éxito, o el pacto nacerá herido y devaluado.