El conquistador de amores

alfonso garcía

QQue el mito de Don Juan es uno de los más notables y proteicos de entre los que forman parte de las mitologías de la cultura occidental, nadie lo discute», afirma Carmen Becerra en su interesantísimo prólogo. Hasta el punto de que el donjuanismo –el conquistador de amores a golpe de disfraz para salir huyendo, en el imaginario colectivo- forma parte de la cultura y el sentimiento populares. Si bien es cierto que la versión más conocida del mito y de mayor arraigo en la escena española es el Don Juan Tenorio (1844) de José Zorrilla, el personaje nace en un escenario determinado del siglo XVII. Es fruto de un tiempo con sus propias características. Pero el personaje literario evoluciona al ritmo que los tiempos imponen. «Desde el barroco Burlador de Tirso a su culminación en el Romanticismo con el Tenorio de Zorrilla podremos apreciar cómo se va transformando el personaje en virtud de cada época, manteniendo elementos constantes como la muerte, el grupo femenino y el héroe». Esta evolución a la que aludimos es, a mi juicio, el valor más sobresaliente, por necesario y esclarecedor, del prólogo de Becerra Suárez: además, claro, del ofrecimiento del texto –«hemos procurado seguir el texto de las primeras ediciones»-, el contexto, con todos los ingredientes que contiene el ambiente en el que germina la literatura, resulta esencial para entender y saborear plenamente cada una de las cinco obras que contiene el volumen: El burlador de Sevilla (Tirso de Molina), La venganza en el sepulcro (Alonso de Córdova y Maldonado), No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague (Antonio de Zamora), El estudiante de Salamanca (José de Espronceda) y Don Juan Tenorio (José Zorrilla). Impecable, como es habitual, la edición en todos los sentidos, este interesantísimo volumen posibilita rastrear un mito tan arraigado en cinco obras clave.