Diario de León

La ciudad de los gnomos y la literatura

Elegida por la Unesco Ciudad Literaria, Wroclaw es un paraíso para los amantes de los buenos libros

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ricardo segura

Wroclaw, en español Breslavia, es una pintoresca ciudad de unos 630.000 habitantes, situada junto al río Óder (Odra) en el suroeste de Polonia que, desde el 31 de octubre de 2019, ostenta el título de Ciudad Unesco de Literatura, convirtiéndose en la segunda ciudad polaca, junto con Cracovia, en recibir este galardón debido a sus constantes iniciativas en el campo de las letras.

Es conocida también como «la ciudad de los gnomos», ya que en su casco urbano hay cientos de estatuillas de estos simpáticos enanitos que combaten la mala suerte, pero asímismo se la denomina «la ciudad de los puentes», al asentarse sobre 12 islas unidas entre sí por 112 puentes.

Está ciudad ostentó en 2016 el título de Capital Europea de la Cultura, y muchos de los eventos presentes en la agenda cultural de aquel año, siguen en la cartelera de espectáculos periódicos, como los festivales Jazz sobre el río Odra y el de cine Nuevos Horizontes, informa la Oficina Nacional de Turismo de Polonia (ONTP).

La urbe es un activo centro cultural y en ella tienen lugar diversos festivales artísticos y teatrales, de los cuales el de mayor fama es el festival musical Vratislavia Cantans, que se celebra anualmente a mediados de septiembre, recalcan.

Su vida cultural es un motivo más para visitarla y disfrutar de su extenso casco antiguo en cualquier época del año, incluso en invierno, cuando el colorido mercadillo navideño que abre el 22 de noviembre, viene acompañado de eventos culturales para grandes y pequeños, también en clave de literatura, apuntan.

La buena literatura

«Los aficionados de la literatura podrán encontrar en Wroclaw numerosos lugares de interés», señala a Efe Paula Gwadera, responsable de Información de la ONTP en España (www.polonia.travel/es).

«El Museo de Pan Tadeusz, título de una de las obras literarias polacas más importantes, no solo muestra el manuscrito de Adam Mickiewicz, su autor, sino que también trata de explicar el significado y el impacto de esta epopeya en muchas generaciones de polacos», explica Gwadera.

«Por su parte, el Museo Arquidiocesano dispone del famoso Libro de Henryków del siglo XIII, que contiene la primera oración escrita en lengua polaca, un documento que se inscribió en la Lista de la Memoria Mundial de la Unesco en 2015», señala.

A los hispanohablantes les puede resultar interesante visitar en el casco antiguo de Wroclaw la librería Elite, que dispone de libros en castellano, vasco o catalán, cuenta con un ambiente de tertulia intercultural y organiza a menudo talleres de cultura española, según Gwadera.

«Es un espacio que está presente en la ciudad desde hace muchos años y es solamente una de las iniciativas en el campo de literatura y la promoción de la lectura de libros», asegura.

Para los aficionados al ambiente poético, en Wroclaw se organizan varios ‘Slam’, unos concursos de poesía escénica en el que los autores amateurs presentan sus trabajos ante una audiencia, representándolos mediante su cuerpo y su voz.

«Esta ciudad promueve la lectura de libros y, entre otros proyectos, se ha abierto una biblioteca en la estación central de trenes, con más de 20.000 de volúmenes, incluidos ‘mangas’ japonesas y audiolibros», destaca Gwadera.

También destaca que Wroclaw es también la ciudad donde reside Olga Tokarczuk, premio Nobel de Literatura de 2018, quien tiene algunos de sus libros ambientados en esta ciudad.

Bajo la guía de los gnomos

Ubicada a 180 kilómetros de Praga (República Checa) y a 150 kilómetros de Dresde (Alemania), es la mayor urbe suroccidental de Polonia identificada con sus puentes, parques y jardines, según la ONTP.

El ayuntamiento de estilo gótico y las antiguas casas burguesas, también de estilo gótico y renacentista, son testimonios de su rico pasado. La ciudad, a lo largo de su historia, perteneció a polacos, checos, austriacos, húngaros y alemanes, debido a su estratégica posición geográfica que la hizo ser deseada por todos, según esta Oficina.

Al igual que en otras urbes polacas, su corazón es la Plaza del Mercado o Plaza Mayor (Rynek). Grande, bulliciosa y rodeada de hermosos edificios antiguos, es uno de los mayores mercados antiguos de Polonia, que con el inicio del curso universitario se llena de los casi 100.000 estudiantes que han elegido esta ciudad para desarrollar su carrera.

Debido a esa tradición universitaria, la ONTP recomienda visitar la Universidad y, sobre todo, su Aula Leopoldina.

El ayuntamiento de la plaza Rynek, con una torre de 66 metros, es el edificio más impresionante de este tipo en el país, y en sus bóvedas se encuentra la Piwnica, uno de los restaurantes más antiguos de Europa.

Según la ONTP vale la pena contemplar el cuadro circular «Panorama de la batalla de Raclawice», una pintura monumental de 114 metros de longitud y 15 metros de altura, que presenta la batalla desarrollada en 1794 en la que los polacos vencieron a los rusos, y se exhibe en una rotonda construida en el parque Stryjeski.

Wroclaw tiene también un lugar mágico llamado Ostrów Tumski: un antiguo poblado rodeado por las aguas del Oder que dio origen a la ciudad y oculta espectaculares monumentos arquitectónicos.

Esta es la parte más antigua de la ciudad donde se encuentran la catedral y numerosas iglesias de interés artístico. Aquí también está el Museo Archidiocesano, el más antiguo de Breslavia.

LA ONTP recomienda a los viajeros disfrutar del ambiente de la ciudad visitándola en un tranvía de estilo ‘retro’, y aprovechar la tarjeta turística que permite viajar gratis en el transporte público e incluye entradas gratuitas o con descuentos a museos, cafeterías y galerías de arte, costando unos 10 dólares diarios.

En los alrededores de la ciudad se pueden visitar el Castillo de Ksiaz construido en el siglo XIII; los balnearios de Duszniki Zdrój, Polanica Zdrój y Szczawno Zdrój, que recrean el ambiente urbano del siglo XIX, y la localidad de Jawor, famosa por ser la «capital del pan» y contar con la únicas iglesias conservadas después de la Guerra de los Treinta Años en el siglo XVII.

Todo ello sin olvidar el secreto que guarda Wroclaw: «Sus habitantes son gente que cree en la existencia de enanitos, creen que les acompañan siempre y ayudan a resolver problemas. En reconocimiento a esa positiva compañía, pronto se podrá visitar en esta ciudad el museo de los enanitos», según la ONTP.

Esos enanitos, a veces escondidos detrás de un faro y en otras ocasiones en las escaleras de una cafetería, han servido de guía a algunos viajeros y les han ayuda a descubrir los rincones más mágicos de la ciudad, como la Isla de la Catedral, llena de edificios históricos, y la extraordinaria biblioteca Ossolineum.

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