¡Que se ponga la rana!
El avance tecnológico del Frogphone servirá para conocer los hábitats de los batracios, algunas de cuyas especies están amenazadas por el cambio climático
«¿Está la rana? ¡Qué se ponga!». Lo que parece un chiste de Gila sirve para presentar un avance tecnológico en la investigación biológica. El ‘FrogPhone’ o teléfono de las ranas, que se ha revelado como un eficaz instrumento que permite a biólogos y ecólogos censar a distancia algunas especies de batracios. Unas amenazadas poblaciones de ranas que son para la ciencia un claro y determinante indicador de la salud ambiental de los hábitats que ocupan.
Lo que es malo para las ranas es malo para los humanos. Y por desgracia, algunas especies de anfibios están en peligro de extinción, ya que sufren muy directamente las consecuencias del cambio climático, de la degradación de de sus entornos y de la disminución de los insectos, que son la base de su sustento. Unos insectos que alteran, a su vez, su comportamiento por el cambio climático. Más de 2.000 especies claves para la polinización adelantan al menos una semana su actividad ante el calentamiento global y el adelanto de la primavera, según un estudio que publica Nature Ecology & Evolution.
«Podemos censar a las ranas mediante una simple llamada de teléfono», se ufanan los creadores del ‘FrogPhone’, que permite captar el sonido de los anfibios en tiempo real, según un estudio publicado este mes en la revista Methods in Ecology and Evolution. «Nos permite ‘llamar’ a cualquier lugar donde vivan ranas, en cualquier momento y desde cualquier lugar», ha explicado a AFP Adrián Garrido Sanchís, investigador de origen español en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, y coautor del estudio. Las teleobservaciones acústicas que facilita este teléfono de las ranas permiten determinar la densidad de las distintas especies en cualquier hábitat y medir su nivel de conservación o degradación.