Una novela admirable

nicolás miñambres

Al comienzo de la novela, leemos en primera persona: «Fue entonces, ante mi perplejidad, cuando volvió a hablar. Bayal, dijo. Lo miré con desconcierto e incluso con vergüenza». Es el encuentro inesperado de dos personajes: Bayal, posible autor, y Foneto, su amigo de otros tiempos. Ambos, protagonizan una gran novela, La escapada, de Gonzalo Hidalgo Bayal. Trescientas páginas con un sentido culturalista, evocador, muy literario de párrafos extensos, sinuosos, musicales. El contenido argumental es mínimo: «el encuentro casual del protagonista con un antiguo compañero de universidad, del que no ha tenido noticia en cuarenta años…», funciona con deslumbrantes recursos artísticos y humanos: largos periodos oracionales, descripciones precisas, reflexiones inesperadas, Y, especialmente, las numerosas alusiones a una profunda formación clásica.

Frente a él, su amigo Foneto es el símbolo de un universitario absorbente, intelectual, erudito y humano: «Antes de seguir con esto, diré que, aunque por otras razones, Foneto no se ha ido nunca de mi memoria». Pero en ambos se extreman los destinos: para uno, su mundo es el de los libros, para el otro, Foneto, con la jubilación de su tío, le llega el cumplimiento de un sueño: la adquisición de su quiosco. El contenido de la obra es una acción dinámica: ambos recorren las calles del viejo Madrid, recordando su vida en los años universitarios: «Desde que cesaron mis obligaciones escolares, paso frecuentes temporadas en Madrid y, acorde con los atributos de la edad, entretengo el ocio de las horas vacías caminado por las calles del centro». La vida de ambos se resume en un «desventurado cálamo currente: Lo triste que es ser nada y serlo todo.(«nunca hubiera sospechado lo certera que iba a ser la parte final de la atribución»). Y hay una advertencia esencial para la lectura y los recuerdos. «Sea ello como fuere, lo que quiero dejar claro es que nada tiene que ver este Foneto con el del personaje homónimo al que recurrí antaño en la ficción».