MISTERIO DEL UNIVERSO
ESTALLIDOS DE RADIO. Desde su descubrimiento hace una década,
Justo ahora, cuando se pensaba que empezaban a comprender los estallidos rápidos de radio, han detectado uno nuevo ‑el más cercano a la Tierra- que pone en cuestión todo lo que sabía de ellos.
Los estallidos rápidos de radio -uno de los mayores misterios del universo- son unos destellos luminosos que duran milisegundos y que surgen de distintos puntos del cosmos.
Desde que se detectó el primero de ellos, los astrónomos han observado cientos de estos objetos, pero solo se conoce la ubicación precisa de cuatro de ellos: uno, el FRB 121102, se repite periódicamente, y los otros tres fueron vistos una sola vez.
Además, de los cuatro localizados, el que se repite está en una galaxia muy pequeña que produce estrellas y los otros tres surgieron de galaxias completamente distintas, de galaxias «muy grandes».
A partir de ahí, los astrónomos establecieron que los FRB se podían dividir entre los que se repiten y surgen de galaxias pequeñas, y los que no se repiten y proceden de galaxias grandes. Hasta ahora.
Y es que el año pasado, el telescopio canadiense Chime detectó un nuevo estallido (el FRB 180916.J0158+65) cuya ubicación no estaba clara y que fue estudiado después por un equipo de astrónomos liderado por el astrofísico cántabro Benito Marcote, investigador del The Joint Institute for VLBI ERIC (Jive) de Holanda.
El pasado 19 de junio, combinando ocho radio telescopios de la red europea VLBI, Marcote y su equipo estudiaron la zona en la que se había visto el estallido y gracias a la resolución de los telescopios -permitiría distinguir a una persona caminando sobre la Luna- detectaron cuatro haces de luz.
Una vez conocida la ubicación de los estallidos, el mismo equipo utilizó uno de los mayores telescopios del mundo, el telescopio de ocho metros de Gemini, en Mauna Kea (Hawái) y determinó que los estallidos procedían de una galaxia espiral situada a unos 500 millones de años luz y con una notable formación estelar, un hallazgo que se describe en Nature.
Este FRB no encaja «con nada» de lo que habían establecido hasta ahora. «Es completamente diferente al único FRB recurrente que se había localizado pero también de los que no lo son», explica a Efe Benito Marcote.
Las diferencias entre unos y otros ya no están tan claras, por lo que empezaron a pensar que estos objetos «no están vinculados a ningún tipo concreto de galaxia o entorno concreto, sino que es posible que los FRB se produzcan en cualquier lugar del universo y que únicamente se requieren ciertas condiciones para verlos», detalla el investigador español.
El hallazgo, sin embargo, tiene algo a su favor: es el más cercano a la Tierra (500 millones de años luz), frente a los 5.000 millones de años luz de otro FRB recurrente, «lo que permitirá un nivel de observación sin precedentes». Los otros estallidos, los que solo hemos visto una vez, se estiman que surgieron de puntos del universo situados a unos 50.000 o incluso 100.000 millones de años luz, lo que hace pensar que es posible que se repitan pero que su señal es tan débil que solo los hayamos visto una vez, reconoce Marcote.