Alfalfa de exportación
Crece hasta el 80% la producción de este cultivo que se vende fuera de las fronteras, especialmente en China
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El sector de la alfalfa deshidratada prevé una producción similar a la de la campaña anterior (que fue de 1,35 millones de toneladas), en un buen momento de precios y con el foco en la exportación, que desde 2007 ha subido del 20 % del total al actual 80 %, y que tiene ahora a China como destino preferente.
En total, España exportó 1,1 millones de toneladas de alfalfa deshidratada en la campaña 2018-2019, una cifra que también esperan igualar en la campaña 2019-2020 (que acabará en marzo) con China como el mercado que más ha crecido, según ha apuntado a Efeagro el director de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), Luis Machín.
En la campaña de 2018-2019, China fue el segundo destino internacional, con cerca de 150.000 toneladas de alfalfa deshidratada más que en la campaña anterior, hasta las 234.000 toneladas, solo por detrás de Emiratos Árabes.
Machín ha explicado que este aumento de los envíos a China se debe, por una parte, a la guerra arancelaria que hubo entre el país asiático y Estados Unidos entre 2018 y 2019 (lo que perjudicó a las competitivas exportaciones norteamericanas) y por otra a la campaña que la asociación realiza desde 2017 junto al ICEX España Exportación e Inversiones para promocionar el producto.
Los primeros contratos de exportación de alfalfa deshidratada a China se produjeron en 2014.
Desde abril a octubre de 2019 (los primeros siete meses de la campaña 2019-2020), España ha exportado 780.000 toneladas de alfalfa deshidratada (con mejor conservación en el transporte): de ellas, 373.000 t se enviaron a los Emiratos Árabes Unidos; 206.000 t, a China; 30.000, a Francia; 29.000, a Jordania; y 21.000, a Arabia Saudí.
En términos generales, los envíos en esos siete meses es un 5 % menor que la registrada en el mismo periodo anterior, cuando las exportaciones superaron las 825.000 toneladas.
Sin embargo, Machín ha recordado que todavía quedan meses de campaña en los que los números pueden estabilizarse y registrar un nivel de envíos similar al año anterior.
Expectativas para 2020
En cuanto a la campaña actual, además de rondar las mismas cifras de la anterior, vive una mejora de los precios en origen, lo que les anima a prever un aumento de la producción para el próximo ejercicio.
«Ahora la rentabilidad del cultivo es mayor», según Machín, quien defiende que «el producto tiene mucha salida y la apuesta por la alfalfa es muy interesante», ya que puede crear oportunidades de trabajo en el campo y tener beneficios medioambientales.
Precisamente, el incremento de la superficie de cultivo es uno de los objetivos de cara al futuro, sumado a la diversificación de mercados internacionales, con Japón, Corea y Arabia Saudí en el punto de interés.
Entre los factores que les pueden afectar este año, se encuentra la caída en el número de cabezas de vacuno de leche (que este enero presenta una bajada del 0,7 % respecto del primer mes de 2019, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) y la conformación final de la futura Política Agraria Común (PAC).
Esa negociación está pendiente de la aprobación de la nueva ficha financiera de la Unión Europea para el periodo 2021-2027, tras la salida del Reino Unido el próximo 31 de enero; aunque desde la AEFA esperan que las medidas que se apliquen sean beneficiosas para el sector.