Villaquilambre, un recorrido por el Torío
Las sendas del municipio permiten disfrutar del entorno muy cerca de León
Las aguas del Torío bañan las ricas riberas del municipio de Villaquilambre, imprimiendo a su entorno una gran riqueza paisajística que puede conocer a través de la senda del thor-orión. Un recorrido que nace en Villarrodrigo de las Regueras, en la iglesia ubicada al final del pueblo, y que concluye en la misma localidad tras un trazado de siete kilómetros en el que se puede invertir una poco menos de dos horas. Tras salir de Villarrodrigo, el recorrido va paralelo al carril bici río arriba hasta llegar a una presa. Cogiendo el camino que sale a la izquierda y paralelo a la presa llega hasta Robledo de Torío, continuando por la carretera desde la que se puede observar una casa solariega con escudo heráldico en su fachada. Tomando desde aquí la calle de la derecha, se llega hasta la iglesia de Robledo, que conduce a un camino que discurre entre verdes prados. Tras pasar por el cementerio, después hay que dirigirse hasta el Caminón que ya conduce a la zona de las urbanizaciones que han ido aumentando el municipio y coger la carretera de Villaquilambre para regresar de nuevo e Villarrodrigo.
Un trazado en el que pueden observarse, a tan sólo unos pasos de León, las construcciones tradicionales de la zona levantadas a base de adobe —piezas realizadas con arcilla y restos de paja que se secaban al sol—, o los tapiales, la arcilla compactada que da su color típico a los pueblos de la provincia. Todos estos materiales fáciles de obtener en la ribera del Torío, dan su toque diferencial al municipio de Villaquilambre donde se conjugan perfectamente las tradiciones con la proximidad a la capital leonesa.
El carril bici a lo largo de la ribera del Torío es otra forma de adentrarse en este municipio y hacer deporte mientras se disfruta del relajante sonido del río mientras el aire mece las hojas de los árboles. Un recorrido al que dan sombra chopos, fresnos, sauces, alisos y álamos entre los que se enredan las zarzas, los rosales silvestres o los espinos y también en el camino paralelo, al que se accede desde Villarrodrigo, se pueden descubrir estos encantos naturales que se mezclan con zonas de cultivo dedicadas a prados de siega y el cultivo de cereales. Numerosas presas que aprovechan las aguas del Torío van regando los campos entre los que destacan las sebes o los cercados naturales que los agricultores levantaban aprovechando las especies arbustivas del entorno. Las cigüeñas y las garzas sobrevuelan los paisajes de la ribera junto con los milanos, que lo hacen en las zonas de cultivo. Villaquilambre, un municipio para perderse.