La voz de la memoria

josé enrique martínez

Con el poemario Tu voz, que ahora importa, el poeta murciano Martínez Robles consiguió el premio de poesía citado arriba, incrementando la meritoria colección Provincia de la Diputación leonesa y el Instituto Leonés de Cultura. El título procede de un poema homónimo, Tu voz, que ahora importa, el cual desarrolla un tema que preocupa al poeta: todo lo que hoy es nuestro, lo que hoy es vida compartida (la casa, el jardín, las cosas...) será de otro algún día, «cuando tú ya no estés o no esté yo»; pero acaso ese otro perciba por un momento, tenue y fugazmente, «una perdida voz que en el aire lo reclama. / Tu voz, que ahora importa».

Leído este y los demás poemas captamos una voz reposada y melodiosa que exhala una emotividad bañada de melancolía, pues no en vano los poemas son un «hondo ejercicio» de indagación en los recuerdos para despertar las «imágenes dormidas» en las frágiles amarras de la memoria, desgastadas por el temido embate del tiempo y el olvido, sobre todo cuando uno reaviva viejos sueños horadados por el peso de las horas o elabora «la aciaga imagen / de que es muy breve el tiempo que nos resta».

El rumor del tiempo es verdaderamente el eje del poemario: tiempo es la memoria, tiempo es el recuerdo, tiempo es el olvido. En el poema La voz de la memoria, por ejemplo, el poeta retorna a la casa materna y la música de la fuente le trae hoy la tristeza de «una imprecisa alegría» de «un tiempo verdadero / que el sol ha ido quemando entre mis manos», como dilapidará «el agua de esta fuente / que el tiempo alguna vez dará al olvido». Todo ello llevará al poeta a preguntarse en otro poema «por qué vuelvo al dolor / de lo que fue una vez tanta alegría»; ocurre que el regreso supone, en otro texto, «la vaga ilusión de un retroceso, / tan frágil, tan falaz, tan imposible».

Motivo cercano es el temor a no recordar mañana la dicha de los días del presente, el temor de la desmemoria, por más que se confíe en que al menos una leve ascua permanezca del «intenso latir» de los instantes más luminosos. El murciano Martínez Robles se sitúa en la senda de una lírica caracterizada por la melodía del verso, la claridad expresiva, la impregnación melancólica y la tonalidad elegíaca, una línea poética entre cuyos maestros cuentan singularmente otros poetas del levante español como el valenciano Francisco Brines y el también murciano Eloy Sánchez Rosillo.