«La accesibilidad es buena para todas las personas»

Miguel Ángel Valero, subdirector general de la Oficina Accesibilidad del Ayuntamiento de Madrid desde hace apenas una semana, participa hoy en la I Jornada de Tecnologías Humanitarias organizada por Cruz Roja Española de León con la charla ‘De las ciudades inteligentes a las ciudades y pueblos amigables’ (10.00 horas) en El Albéitar, sede del rectorado de la Universidad de León.

—¿Cómo es la ciudad inteligente y amigable?

—La ciudad inteligente incorpora el uso de la tecnología para mejorar la accesibilidad, no sólo la física, sino también la sensorial y sobre todo la cognitiva a través de señales y dispositivos que ofrecen lo que la gente espera de su relación con el entorno. Y se convierte en amigable cuando además de la infraestructuras, los productos y los servicios, los ciudadanos también se convierten en agentes de accesibilidad.

—¿Una ciudad media o pequeña como León tiene más fácil la accesibilidad?

—No necesariamente. Depende del estado de la propia ciudad, pero también tiene un papel importante el comercio.

—¿Es difícil llevar este mensaje a los políticos?

—El mensaje no es difícil. Casi todo el mundo lo entiende. El problema es cuando hay que ejecutar las cosas. Siempre es más difícil hacer reformas. Por eso es importante que la accesibilidad sea transversal y hacer un enfoque incluyente en todas las medidas. Esto afecta también a la inclusión laboral.

—¿Cómo convencer a las empresas de que les incumbe?

—Todas las acciones de inclusión son buenas para todas las personas, aparte de la obligación normativa que existe y la responsabilidad social corporativa.

—Es doctor en Telecomunicación, Ingeniería Biomédica e Ingeniero de Telecomunicación. ¿Por qué se especializó en accesibilidad?

—Por vocación. Quería trabajar en tecnología para la salud. Hice mi tesis en la prevención de la discapacidad en niños en alto riesgo en un hospital y las tecnologías permean muchas cosas de lo que es la accesibilidad.

—¿Qué trabajos realizó en el Imserso y Adapt?

—Sobre todo productos de impresión 3D para la movilidad. Hemos contribuido a la autonomía de muchas personas. La accesibilidad además debe ser asequible.

—¿Tuvo relación con el CRE de San Andrés?

—Sí, conozco mucho a la directora. Hemos desarrollado diferentes proyectos como un unicornio 3D para una persona que no podía pintar con las manos y con ese soporte en la cabeza podía hacerlo.

—¿Volvería a ser Piraña?

—Sin duda. Me enseñó a trabajar en equipo con muchas personas de pensamientos y vivencias diferentes y llevar un barco común.

—¿Qué introduciría en ‘Verano azul’ hoy?

—Actualizaría algunas cosas, como dar más impulso a los derechos humanos, a la participación y la cultura de la paz.