Casi 4.200 leoneses tendrán un primer cáncer en el año 2040

Los oncólogos diagnosticaron en León 3.540 nuevos casos de cáncer en 2019 (1.458 mujeres y 2.087 hombres), de los 12.898 detectados en la provincia, entre los que se incluyen las recaídas, una incidencia que aumenta cada año. La Asociación Española contra el Cáncer prevé que dentro de veinte años tendrán por primera vez un cáncer el 11% de la población, lo que significa que 4.181 leoneses recibirán el diagnóstico, 635 más que este año. El que más incidencia tiene en León es el de colon, con 505 nuevos casos detectados en 2019, seguido del de mana, con 384 diagnósticos, el de próstata con 401, el de pulmón 360 y el de piel, con 333. En el año 2018, último dato disponible, murieron en León 1.579 personas (632 mujeres y 947 hombres) por esta enfermedad, según la Asociación Contra el Cáncer. El cáncer que más mortalidad causa es el de pulmón, con 248 fallecimientos al año en la provincia, seguido del de colon, con 255, el de próstata con 101, el de mama con 93 y el de páncreas, con 93. El que más mortalidad causa es el de pulmón (248), seguido del colo-rectal (55) con 101, el de mama con 96 y el de páncreas con 93.

Los tumores constituyeron la segunda causa de muerte en España (26,4% de los fallecimientos) por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio (28,3% de las muertes), al igual que en años anteriores, según los datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2019, aunque se rompe la tendencia detectada en años previos y los fallecimientos originados por tumores disminuyeron un 1,3% en 2018. El avance de los diagnósticos y los tratamientos permite aumentar la supervivencia . Más de la mitad de los pacientes sobrevive a un cáncer. Los costes del cáncer cuestan al año en España 19.300 millones al año.

Marco Antonio Ruiz Yudego tiene 45 años y hace catorce años padeció una leucemia aguda promielocítica, un diagnóstico que le llegó a los 31 años de edad. «Estaba bien, pero me salieron unas manchas en las piernas. Me enviaron al hematólogo pero no dio tiempo. A los pocos días me llevaron a urgencias porque orinaban sangre». En el Hospital de León le diaron el diagnóstico. «Tenía leucemia», se emociona al recordarlo. El primer ingreso y la quimioterapia duró 50 días. «Perdí 25 kilos y salí en silla de ruedas. El primer ciclo no lo soporté. Mis pulmones se llenaron de líquido y pasé 4 días en la UCI. Son los únicos cuatro días que no recuerdo nada de mi vida». Marco Antonio no necesitó un trasplante de médula pero la lucha fue dura hasta que recibió el alta en 2006 y el tratamiento definitivo en 2008. «Estaba recién casado y quería tener familia. Me dijeron que esperara seis meses y ahora tengo dos hijas que ocupan todo mi tiempo. Marco Antonio está jubilado como funcionario por las secuelas de los tratamientos. Pero superar la leucemia no lo libró de la enfermedad que volvió a su casa para afectar a su mujer, a la que se le diagnosticó un cáncer de mama. «Le hicieron una revisión y estaba todo bien y a los dos meses se notó un bulto en el pecho». Y de nuevo la lucha. «Lleva año y medio en remisión completa»

La ponferradina Sara Braña lucha contra el cáncer desde que nació. «Hay una copia mutante en cada gen de mi cuerpo y el riesgo de padecer de nuevo la enfermedad está ahí». Nació con un retinoblastoma bilateral pero los médicos no lo detectaron hasta que su madre se dio cuenta de que tenía una mancha brillante en la retina. «Creo que fui el primer caso diagnosticado en España». Ahora, con 34 años, recuerda lo que califica de «médicos como una especie de nazis» en el hospital en Madrid, donde recibió radioterapia en los dos ojos y decidieron vaciar el ojo izquierdo. «Mis padres no estaban conformes y me llevaron a la clínica Barraquer en Barcelona. Allí los médicos alucinaron y le dijeron a mis padres que habían experimentado conmigo con una radioterapia que no existía». Le pusieron otro tratamiento. «Con tres años iba todas las semanas con mi madre desde Ponferrada a Barcelona para recibir la quimioterapia. Mis padres pidieron un crédito bancario para afrontar el tratamiento. Sara vio un poco hasta los cinco años. «Siempre digo que mi mente funciona como un collage. Tengo imágenes visuales que se superponen a los recuerdos». El cáncer de Sara es genético y volvió en forma de sarcoma de vejiga a los 27 años, que también ha superado. Ahora, con 34 años, dice estar agradecida. «Esta enfermedad la viví de nuevo de mayor y me ha ayudado a vivir la vida con mayúsculas. Es licenciada en Magisterio en Inglés y Educación Espacial, psicopedagoga, graduada en Lengua Española y Literatura y le encanta escribir, hacer ejercicio y bailar.

María Teresa González Robles tiene 72 años y a los 47 le detectaron un cáncer de mama. «Faes me dijo: ‘no creo que tengas otra cosa mejor que hacer que quitarte eso’. pero no mencionó la palabra cáncer». Fue el cirujano Alfredo Álvarez el que le dio el diagnostico tras una biopsia. «Me quitó la mama y los ovarios y me sentí muy arropado». ¿Lo peor? «La quimioterapia la llevé bien, pero el trato del oncólogo, que ya no está, fue lo peor».

Tere es vicepresidenta de la Asociación Leonesa de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama (Almom). «Cada vez vienen mujeres más jóvenes a la asociación, pero se supera». La carrera que organizan ya ha donado 100.000 euros a la lucha contra el cáncer de mama.