Diario de León

Conectando generaciones

Jóvenes que tienen más que abuela

Adopta un Abuelo es un programa intergeneracional de compañía que pone en relación a jóvenes con personas mayores que viven en residencias. En León inició su andadura en 2018 y lo han probado 19 abuelos y abuelas y 35 participantes jóvenes. Ahora buscan voluntariado para ampliarlo.

León

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Adrián y Noelia no se conocían y ahora tienen la misma abuela. Son la pareja de jóvenes que acompaña a Fani desde que hace tres los tres coincidieron en el programa Adopta un Abuelo de la oenegé del mismo nombre. «Hemos hecho buen equipo, afirman. Cuando falla uno puede acudir el otro sin que se rompa la rutina.

Fani es una mujer de 90 años que tomó la decisión de cerrar su hogar de toda la vida e irse a vivir a la residencia de personas mayores Orpea, en Eras de Renueva, hace tres años. «Ahora me parece que estoy en mi casa», comenta. Me apunto a todo». Los años no le han mermado la curiosidad y mucho menos las ganas de aprender. «Quiero saber lo que me enseñaron atrás», dice todo el tiempo.

Fani nació en Grajal de Campos, al lado de la vía del tren porque su padre era ferroviario, y vino de sirvienta a León cuando era una mozuela, como sus hermanas. En 2018 la trabajadora social de la residencia, Esther, le ofreció participar en el programa Adopta un abuelo y no se lo pensó dos veces. «Me lo dijo Esther y me pareció bien. Era nueva y ella fue la que me subió para arriba», explica al recordar que, pese a ser una decisión voluntaria, necesitó un tiempo de adaptación.

No está sola. Cada día recibe la visita de un hijo que vive en León y las nietas siempre también le visitan a menudo. Otro hijo vive en Galicia y le ve menos. Pero la compañía nunca sobra cuando se tiene todo el día por delante para llenarlo sin las obligaciones de la vida de antes.

Los motivos

Noelia es educadora social, tiene 24 años y empezó en el programa tras perder a sus abuelos

Desde que empezó el programa se ha convertido en la ‘abuela’ de Adrián y Noelia. Está pendiente de que el chaval, de 25 años, apruebe las oposiciones al Cuerpo Nacional de Policía, como desea. «Estudia y aprueba», le dice cada día que va a visitarla. Hasta le reza a la virgen del Camino para que apruebe. «Rezaba mucho por mis hijos para que no se me perdieran y ahora lo hago con él».

Con Noelia está al tanto de cómo es la vida de las jóvenes de ahora. «Podemos hablar de todo con ella», afirman. La distancia generacional se nota en las experiencias, pero los vínculos que han creado les mantienen bien cerca. Hay cosas que no tienen que ver con sus tiempos.

«En mi época salir de fiesta significaba volver a casa a las nueve de la noche y ellos ahora regresan a las siete de la mañana. No me parece bien por el miedo. Pero por lo demás... A nosotras nos decían: No te pintes. Y no nos podíamos ni agarrar de la mano», señala. Ahora saben que las relaciones de pareja de la juventud son muy diferentes. «Nos contamos todo», comentan. Hablar es lo que más les gusta compartir. También pasean y a veces practican algún juego de mesa.Adrián suele traer algunos de su hermana pequeña. Si coincide que la tarde de la visita hay bingo, van en amor y compañía a disfrutar de la suerte.

Los beneficios

Se crea un vínculo personal con las personas mayores que es necesario cuidar

Fani es una de las 19 abuelas y abuelos que han participado en el programa en León, por el que han pasado ya 35 jóvenes. En la actualidad cuenta con cuatro mayores que participan y cinco personas voluntarias. Otras tres personas mayores esperan a que un nieto o nieta adoptivos entren en sus vidas. El programa de acompañamiento Adopta un abuelo se desarrolla preferiblemente en parejas.

Noelia tiene 24 años y es educadora social. Conoció el programa a través de las redes sociales en el momento más oportuno de su vida. «Fallecieron mis dos abuelos y el colectivo de personas mayores lo había tocado poco en mi profesión», explica.

«Es una experiencia muy positiva que me ha enriquecido», comenta Noelia, La joven comenta que es muy importante «crear el vínculo y cuidarlo».

«Las primeras semanas se pueden hacer duras», admite Adrián. Entablar una relación con una persona que no se conoce «puede echar para atrás». Hay que ir poco a poco y tener la mente abierta. «Se trata de aportar tu tiempo a algo que va a suponer una experiencia de conectar. Todos vamos a ser mayores...», añade Adrián. El joven todavía conserva alguna abuela biológica y «sigo visitándola igual», apostilla.

Basilio y Encarna, de 91 años, son también residentes y usuarios del programa Adopta un abuelo. Se emocionan al dar su testimonio. «Siente uno que todavía vale para algo», comenta Encarna, oriunda de Astorga. Su ‘nieta’ del programa es Inés Diago. Está encantada. Conoce incluso a su madre. Encarna fue una niña de torno. La dejaron en el hospicio de Astorga y pasó por varias familias. Luego formó la suya propia, de la que está orgullosa y ahora tiene la compañía que le proporciona el programa y otras actividades que realiza en la residencia.

Basilio, ferroviario de Soria, también se emociona cuando habla de Jacobo, su nieto del programa, y muy especialmente al recordar el encuentro que mantuvieron con los niños y niñas del vecino colegio Camino del Norte. Abuelos y niños se intercambiaron cartas sin conocerse.

Recuerda que el niño que recibió su carta se quedó sorprendido cuando le vio. Le había contado que le gustaba jugar y que era muy feo, pero muy simpático. Pero no se imaginaba que era una persona de 90 años.

Esperanza y María Ángeles son dos de las personas que esperan que algún joven leonés más se anime a participar en el programa. Adopta un abuelo está implantado en 72 ciudades y suma ya 700 personas mayores adoptadas. Se han tramitado un total de 22.000 solicitudes desde que se implantó. La página web de la asociación contabiliza 25.000 horas de acompañamiento.

A través de la página web https://www.adoptaunabuelo.org/ se puede gestionar la participación. Las personas interesadas pueden seleccionar el programa más cercano, el día y la hora que les conviene y participar en una sesión inicial de formación. En esta fase se conoce a los compañeros y finalmente se presentan a los abuelos.

En León, sólo la residencia Orpea participa en este programa intergeneracional de acompañamiento. Se trata de una iniciativa que surgió en 2014. En una residencia de personas mayores entregaban los regalos de reyes. A un hombre de 86 años le preguntaron que deseaba más y contesto: «Yo quiero tener un nieto». Fue así como se puso en marcha Adopta un abuelo «tras comprender la problemática de la soledad en las personas mayores».

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