Astrid Gil-Casares, de personaje de la jet a novelista
carmen martín
Astrid Gil-Casares es el nombre y el apellido de una mujer agradecida, generosa y libre, que ha tomado las riendas de su vida sin miedo, que ha pasado de ser un personaje de la alta sociedad a guionista y a aventurarse en su primera novela: Nadie me contó.
Es consciente del morbo que suscita esta novela, «sería engañarme a mí y a los demás, es mi circunstancia», ha explicado este martes en una entrevista a Efe Astrid Gil-Casares, quien como cualquier persona tiene un pasado, estuvo casada diez años con Rafael del Pino, presidente del grupo Ferrovial, la tercera fortuna de España en 2019, según Forbes.
A lo largo de más 300 páginas, la autora desgrana sentimientos que hablan de miedo, de inseguridad, de desprecio, de falta de respeto, pero también de la grandeza de ser madre, de los privilegios de una vida de lujo o de lo difícil que resulta romper un matrimonio aún estando enamorada. Una novela en la que su protagonista Gaelle mantiene similitudes con Astrid Gil-Casares. No es una novela cien por cien autobiográfica. «Está basada en algunas de mis vivencias, pero Gael no es Astrid, el único punto en común que tienen es la gratitud». Hay algunas cosas que son verdad y otras producto de su imaginación. «No voy a desvelar cuáles sí y cuáles no», asegura con rotundidad Gil-Casares, quien reconoce que «decir lo contrario sería engañar al publico».
Escribir la novela «me imponía, me daba miedo», pero ha tenido la «suerte» de contar con el apoyo de Carmen Fernández de Blas, quien creyó en ella. «Me dijo que tenía que contar una historia», dice esta economista que abandonó su carrera por amor y para entregarse a la educación de sus hijas. Nadie me contó, editada por La Esfera de los Libros, ha sido un trabajo de seis meses, tras un duro divorcio y más de un año sin poder salir de casa.