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«Los últimos glaciares de Europa crecieron por un calentamiento global. Los cambios pueden ser impredecibles»

Es físico de la atmósfera y el ‘hombre del tiempo’ de su casa. Cada mañana, tiene que predecir cómo va a hacer para su familia y sus amigos. A veces, hasta por wasap. Se lo toma con humor. Acierta siempre, dicen ellos. Él rebaja esa afirmación. José Luis Sánchez, catedrático de Física de la Universidad de León, condecorado por Defensa por un innovador método de predicción de gran impacto para la aviación, habla claro sobre el cambio climático.

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León

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— ¿El calentamiento global significa que vamos a pasar calor todos?

—Para entender lo que significa el calentamiento voy a poner un ejemplo: subir un grado la temperatura de nuestra casa significa que tenemos que consumir más energía. Alrededor del 10% por cada grado. A la atmósfera, que tiene una masa descomunal, la hemos calentado de forma que su temperatura ha subido algo más de un grado en apenas 100 años. El calentamiento global significa que a la atmósfera le hemos dado mucha energía para que ella haga lo que le «parezca ¿De qué nos extrañamos?

—Dicen los negacionistas que siempre ha habido cambio climático y que no hay de qué preocuparse. ¿Tú qué dices?

—En los temas complejos nadie tiene la razón al 100%. Los cambios climáticos en la Tierra lo han sido por fenómenos naturales y con poca o nula población. Y siempre muy lentos. Es decir, ocupando miles de años. Lo que ahora dicen los datos es que estos cambios son muy rápidos y en apenas décadas. Eso es nuevo. No lo son los cambios. Lo nuevo es la velocidad a la que se producen.

—¿Tienen algo de razón?

—Los negacionistas señalan que estamos ante un cambio de origen natural. Lo que no pueden explicar es la velocidad del cambio.

—¿Tienes alguna duda sobre el calentamiento?

—Más de once mil científicos en el mundo hemos llegado a una misma conclusión: el planeta se calienta, de forma irregular, pero lo hace. El 98% del territorio presenta calentamiento en los últimos cien años, siendo mucho más rápido en los últimos 20. Hasta los que están en contra de llamar a esto cambio climático admiten el calentamiento y que este es rápido.

—¿Calentamiento o crisis climática?

—Calentamiento sí. Crisis climática me suena a márketing y no me gusta nada, como tampoco me gusta que se hagan discursos dramáticos. No estamos en emergencia. Estamos en una situación en la que tenemos que ser conscientes de que hay que cambiar nuestro modelo energético y quizás modificar un poco nuestro estilo de vida. Tenemos dos opciones: dejar todo como está, con lo que llegaremos a tener muchos problemas, o podemos revertir la situación diciendo que estamos ante nuevas oportunidades

—¿El planeta corre peligro?

—Por el clima, a corto y medio plazo no. Afortunadamente el planeta es muy grande.

—¿Ya ha estado en momentos peores?

—El planeta se formó hace unos 4.500 millones de años y apenas desde hace unos pocos miles habita el hombre. La vida se inició, probablemente, hace unos 3.800 millones de años y el hombre apareció hace unos dos millones y medio. Es decir, en la mayor parte de la historia de la Tierra ha sido inhabitable para el hombre.

—¿Tenemos un problema?

—En algunas zonas del mundo empiezan a tener un clima más adverso. Se calcula que de seguir así, más de 200 millones de personas tendrán que cambiar de residencia. Ya hay zonas del mundo en el que la aparición de plagas ha hecho que la población haya tenido que trasladarse a otras zonas. Quizás en otras no lleguemos a tanto, pero todos tendremos una meteorología más adversa.

—¿Y un límite?

—Es posible, pero mejor no tentar a la suerte.

—¿Se han derretido los glaciares alguna vez a esta velocidad?

—No hay datos que señalen que la velocidad que llevan ahora, al menos en una buena parte del planeta, se haya alcanzado en otras épocas. Es más preocupantes el deshielo del Polo Norte.

—¿Es cierto que los últimos glaciares de Europa se formaron por un cambio climático?

—Esta es una historia interesante. Hace unos doce mil años se produjo un calentamiento que duró, por cierto, unos dos mil años aproximadamente. Esto produjo en la zona de Canadá un deshielo masivo que hizo que las aguas se vertieran hacia el Atlántico, desplazando a las corrientes marinas. La consecuencia fue que el clima frío del polo norte invadió Europa y, en pleno calentamiento global, crecieron los glaciares que había hasta entonces y el norte de África pasó a tener un clima, por decirlo en pocas palabras, como el de Asturias. Esto nos enseña que cuando hay calentamiento, los cambios pueden ser un tanto imprevisibles.

—De lo que ha sucedido con ‘Gloria’, por ejemplo, en el delta del Ebro, una zona sensible que sirve de ‘medidor’, las olas cantábricas en el Mediterráneo, un metro de nieve en zonas cálidas etc, ¿qué es lo que nos debería parecer más preocupante?

—No es posible determinar si Gloria está causado por el calentamiento global, pero sí se puede afirmar que la frecuencia de aparición de estos fenómenos adversos es consistente con esa energía que hemos dado a la atmósfera. Por tanto, puede ser la visualización de lo que nos viene encima

—¿Vamos a ser habitantes de la Tierra o supervivientes?

—Si no tomamos medidas en unas décadas se pondrá complicado vivir en muchas zonas del planeta. Desde luego lo fácil es subir impuestos y lo que parece más difícil es bajarlos para fomentar la dirección en la que hay que ir. Hace más de 30 años se decidió que el que contaminaba pagaba y se ha demostrado que tuvo un efecto muy reducido. Me parece que estamos haciendo algo parecido ahora. El apetito recaudatorio es infinito. ¿Y qué garantía tenemos de que acabará con el problema? No necesitamos parches. Hay que desarrollar tecnologías limpias.

—¿Jugamos a la lotería del diablo?

—En algunos libros de meteorología se emplea esta palabra para las tormentas de granizo. Para los menos, produce una lluvia que viene bien. Para la mayor parte, ven caer piedras de granizo y una lluvia muy intensa que puede dar problemas. No sabes en qué lado te va a tocar, pero los premios en la lotería son escasos y los paganos muchos más. Así es el calentamiento global. A pocos les va a venir bien. A los demás, no tanto.

—¿La Tierra, como el hombre moderno, ha abandonado la pausa y se ha puesto en ‘modo prisa’?

—Que me lo pregunte una periodista que vive pendiente de la noticia y tiene que salir corriendo a contarla…. La sociedad es activa y se mueve. ¿Queremos entrar en modo más pausado? Es una reflexión y decisión de cada uno, al menos en buena parte.

—¿Qué crees que va a hacer la Tierra con lo que estamos haciendo con ella?

—Le hemos dado un extra de energía en forma de cheque en blanco para que haga lo que le parezca. Como tiene más vigor, hará uso del mismo y será más imprevisible.

—Según los modelos predictivos, ¿qué va a suceder en España? ¿Y en León? ¿Hará más calor? ¿Será un desierto frío y seco, una especie de tundra?

—Las áreas mediterráneas van sufrir con mayor frecuencia lo que estamos viendo en los últimos años. En el resto del territorio veremos alargar los otoños y quizás los veranos. Las zonas costeras tendrán más fenómenos adversos. Tendremos más periodos de sequía seguidos de temporales de agua. Menos heladas. La nieve será más efímera. Mas tormentas y más caídas de granizo grandes. Cambios, en definitiva.

—Sabemos que algo está cambiando, pero ¿sabemos lo suficiente como para creer que va a arrasar con todo?

—Arrasar no creo, o al menos por esta zona del globo. Se pueden poner complicadas las situaciones y aumentar los daños. ¡Que se lo pregunten a compañías de seguros! Si ponemos medidas que mitiguen los efectos del calentamiento, las adversidades meteorológicas darán lugar a menos daños.

—Dicen que las plantas llevan 200 años escalando montañas, que la vegetación tiene que subir para desarrollarse. Hay datos sobre la subida de 500 metros en el Ecuador, 290 en Francia, 150 en algunos países de Asia etc. ¿Tendremos que subir también nosotros?

—Si la temperatura del globo sube, la vegetación y muchos otros ecosistemas encontrarán lugares más favorables en los que poder desarrollarse. Por tanto, este resultado era esperable. Si vienen plagas, tendremos que movernos a otros lugares.

—¿Los fenómenos serán tan frecuentes que vamos a tener que dejar de decir eso de ‘no lo recuerdan ni los más viejos de la localidad’?

—Aparecerán fenómenos adversos con mayor frecuencia. Donde antes surgía un proceso meteorológico que daba lugar a daños cada varias décadas, ahora probablemente aparecerá cada varios años. Lo que antes se daba cada varias generaciones, ahora se dará varias veces en la misma generación. Ya comienza a ser más habitual oír aquello de ‘cuando me estaba reponiendo de la última inundación, ahora acaba de venir otra’.

—¿Cuánta lluvia hay en una nube?

—Una nube tiene bastantes miles de toneladas de agua en su interior y apenas un 5% o menos llega a precipitar. Hemos hecho muchas medidas de este tipo en mi grupo de investigación. ¿Se puede incrementar este porcentaje? La naturaleza deja poco margen, pero a veces sí. Australia tiene proyectos de incremento de nieve para conservar en un parque natural la cubierta nivosa y proteger a los ecosistemas del calentamiento global. California tiene proyectos de incremento de nieve por sus necesidades de agua. Hemos estudiado estos procesos en la Sierra de Guadarrama y aparecen algunas veces estas situaciones que pueden dar lugar a un incremento de la precipitación. Podrían llegar a hacerlo si lo necesitan. No son la solución a un periodo de sequía, pero pueden ayudar a que los embalses tengan un poco más de agua.

—¿Tú aciertas siempre?

—Los modelos meteorológicos han mejorado mucho. La trasmisión de la información hacia los medios de comunicación no lo ha hecho tanto. En nuestro grupo de investigación hemos desarrollado más de 20 modelos de predicción diferentes y los hemos puesto a punto para empresas y distintas entidades. Incluso más recientemente para un centro de investigación aeronáutico. Supongo que cuando vienen a buscarnos algo haremos bien. Pero la infalibilidad la tiene el Papa y solo en algunas cosas…

—¿Te preguntan en tu casa cuando te levantas qué tiempo va a hacer hoy?

—Predicción a la carta se llama esto. A mis alumnos les enseño a interpretar la información meteorológica. Y también lo intento en casa, pero me tienen a mi.

—¿Les va a afectar al Zaragozano y a las cabañuelas el cambio climático?

—Vete tú a saber lo que van a hacer. Lo que es seguro que es las clarisas seguirán recibiendo huevos para que en algunas fechas determinadas el tiempo sea bueno. Y también se seguirá sacando al santo para que llueva cuando se necesite. ¡Que no se olviden las tradiciones!