Retratos de la resiliencia
La leonesa Marisa Flórez comisaria ‘Women, un siglo de cambio’
iker cortés
Una anciana sonríe de forma tan contagiosa que es inevitable imitarla; dos mujeres se maquillan debajo el agua en una performance harto improbable; una madre cuida de su hijo tuerto a consecuencia de la bala perdida de un francotirador; una trabajadora de la mina, pitillo en boca, aconseja su hija de quince años que no se case... Son sólo algunas de las poderosas instantáneas que configuran Women, un siglo de cambio, un recorrido por la historia de la mujer en los últimos cien años a través de una selección de las más de sesenta millones de imágenes que National Geographic guarda como oro en paño en sus ingentes archivos.
Comisariada por la fotoperiodista leonesa Marisa Flórez, encargada de bucear en los extensos archivos de la publicación, la muestra permanecerá abierta abierta al público en el patio andaluz del Palacio de Gaviria de Madrid hasta el 20 de mayo. «Como periodista -explica Flórez-, he intentado trazar un relato directo y verdadero con esta selección». Cuenta la fotógrafa que la labor de quienes retratan la realidad es no dejarse ver. «Son espectadores privilegiados, que deben permanecer callados. Solo así es posible mostrar momentos de vida en los que ellas son las protagonistas».
La exposición se articula en torno a cinco apartados temáticos -alegría, belleza, amor, sabiduría, fortaleza y esperanza-, pero Flórez destaca que «cuando las imágenes son tan potentes y tan buenas, pueden pasar de uno a otro sin problemas». Ocurre, por ejemplo, con el retrato que Lynn Johnson realizó en 2005 a unas amigas en un salón de belleza en Mfuwe, Zambia, una imagen en blanco y negro llena de ternura y espontaneidad. Sucede también con el retrato que Jodi Cobb hizo en 1980 de Ella Eronen, una de las actrices más queridas de Finlandia, en el ocaso de su vida, todo un símbolo de belleza pero también un ejemplo de fortaleza.
Fotógrafas como Ami Vitale, Diana Markosian, Evgenia Arbugaeva o Nina Robinson encabezan una exposición que destaca la resiliencia de mujeres de toda condición social, edad, origen y religión que, «viviendo como viven, siguen luchando». Una exhibición que juega a menudo con los contrastes. Se ve en las imágenes de Amy Toensing e Ismail Ferdous, que recogen cómo se vive el festival Holi en lugares tan dispares como EE UU o India, o en el célebre retrato que Steve McCurry tomó de Sharbat Gula, la niña afgana, en 1984 y en 2002.
También en las fotografías que Thomas J. Abercrombie y Robin Hammond tomaron en 1986 y 2014, respectivamente. La primera de ellas, realizada en Kabul, retrata a una mujer envuelta en un burka rojo, que porta una jaula con dos jilgueros en la cabeza. La segunda, a una coordinadora de 24 años, que exhibe un hermoso cardado y que hace una pausa para fumar en el exterior de la African Artist’s Foundation, en Lagos. Pasado, presente y futuro se dan la mano en fotografías como la que James Nachtwey tomó en 2007, que muestran el contraste entre unas mujeres de la comuna de An-Nadzir, ataviadas con un niqab y de riguroso negro, y una niña de blanco, sonriente y con las manos alzadas, al comienzo de la Fiesta del Cordero, en Sulawesi, Indonesia. «Las imágenes son también una muestra de la diversidad, de la riqueza cultural que atesora todo el mundo, de occidente a oriente y que transmiten una curiosidad por saber que pasa más allá de nuestro entorno», comenta Flórez.