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Células madre para acabar con el VIH
El trasplante cura a Adam Castillejo, más conocido como 'El paciente de Londres', nueve años después de que el mismo tratamiento acabara con la carga viral de otro enfermo en Berlín
Dos pacientes se han curado de VIH. El primero en 2011 y el segundo ahora. Al primero se le conoció como ‘El paciente de Berlín’ y al segundo como ‘El paciente de Londres’. Ambos recibieron un trasplante de células madre, como parte de un tratamiento de cáncer hematológico. Ambos recibieron células de un donante que portaba un gen resistente al VIH. Ninguno de los dos tenía otra opción para continuar vivo, no por el VIH sino por su otra enfermedad. Al primero se declaró curado 42 meses después del tratamiento. Con este antecedente, al segundo, que se llama Adam Castillejo y tiene 40 años, se le considera curado 30 meses después de dejar de tomar antirretrovirales. Ninguno de los dos casos puede servir como antecedente para una cura general.
«Este tratamiento curativo es de alto riesgo, y solo se utiliza como último recurso en pacientes con VIH que también tienen neoplasias hematológicas potencialmente mortales», advierte Ravindra Kumar Gupta, investigador de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y autor principal del estudio publicado en The Lancet y presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI). «No es una opción generalizada que se ofrezca a pacientes con VIH que ya están en tratamiento antirretroviral exitoso».
En el consorcio de investigadores internacionales IciStem, encargado del estudio, se ha hecho seguimiento a 40 pacientes con VIH (28 siguen vivos) que han sido sometidos a un trasplante de células madre desde 2014, de los que seis han recibido células con la mutación CCR5 Delta 32 (en las dos copias del gen), la que inhibe la proteína que deja entrar al virus, según datos del estudio observacional IciStem. De ellos, dos han sido presentados como ejemplo de esa «remisión a largo plazo». Además del de Londres, ya «curado», está ‘El paciente de Düsseldorf’, un hombre de 50 años con 14 meses sin carga viral después de interrumpir la medicación, cuando lo usual es que reaparezca cuatro semanas después de dejar los antirretrovirales. En el artículo de Gupta se define la «cura» como la «ausencia de rebote de la enfermedad en 70 años». Al no haber pasado tanto tiempo, su conclusión de que no es probable que se produzca un rebote se apoya en un complejo cálculo de escenarios, y también ha descartado un «material genético defectuoso que no tiene capacidad replicativa», es decir, capacidad infecciosa, en los tejidos linfoides, algo que los investigadores llaman «fósiles de ADN».