JEFE A JEFE
La gestión de los seguros agrarios, al día
Ante la crisis del Covid-19 y la activación por parte del Gobierno de España del estado de alarma, Agroseguro adopta las medidas necesarias para garantizar una total normalidad en su actividad.
Con el objetivo de evitar riesgos, preservando así la salud de sus empleados, y de garantizar, al mismo tiempo, el mejor servicio a los asegurados, la Dirección de Agroseguro decidió que, desde el pasado lunes, día 16 de marzo, los trabajadores se incorporasen de forma masiva al teletrabajo. De este modo, se conserva intacta la capacidad de la Agrupación para la atención a los clientes, para los cuales se mantienen los canales de contacto habituales, desde la atención telefónica hasta el acceso a la página web (www.agroseguro.es). Tanto la gestión de la contratación como la tramitación de los siniestros y el pago de las indemnizaciones continúan al mismo ritmo. En este punto, queremos destacar que los profesionales libres que realizan peritaciones por encargo de Agroseguro están prestando sus servicios con normalidad, tal y como también lo están haciendo las empresas que prestan el servicio de retirada y destrucción de cadáveres de animales. A este último respecto, se recuerda que Agroseguro cuenta con varios canales de comunicación a través de los cuales se puede solicitar la retirada y destrucción de los animales muertos en la explotación: los números de teléfono habituales, la página web y la app.
Los responsables de Asaja han pedido el apoyo de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para encontrar y ampliar el mercado de lechazos y cochinillos, los primeros subsectores perjudicados por los cambios del consumo de los españoles en la pandemia del coronavirus ya que ambos productos están muy vinculados a la restauración y a las celebraciones,. En el caso concreto de los lechazos, recuerdan desde Asaja, la paridera de las ovejas se concentra fuertemente en estas semanas por lo que no vender a tiempo los lechazos supondrá para los ganaderos «un coste inasumible» de alimentación, a lo que se une que cuanto más grandes se hacen los animales se pagan peor en el mercado.
Asaja ha recordado la importancia económica y social del sector ganadero de ovino en Castilla y León, «con explotaciones muy repartidas por todo el territorio que sobreviven con márgenes muy ajustados y para las que resulta inasumible afrontar las enormes pérdidas que ya se están empezando a producir».
«El lechazo lleva meses, ya años, a unos precios muy bajos, y es justo por estas fechas, en torno a la Semana Santa, cuando tradicionalmente las cotizaciones suben un poco, algo que este año impide la actual crisis sanitaria y económica», han lamentado desde Asaja. El problema estacional se agrava de forma severa en el sector en una época de pico alto de oferta.
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Una comunicación más directa entre el consumidor y el granjero para diseñar el alimento deseado por el cliente y que éste sepa remunerar en condiciones de rentabilidad al productor agrario es lo que propone el programa ¿Quién es el jefe?, que cumple un año en España y ya ha llegado a supermercados.
Es una acción importada desde Francia que supone un revulsivo en la manera de entender las relaciones en la cadena alimentaria, actualmente cuestionadas por el sector agrario hasta el punto de que intentar mejorarlas es uno de los objetivos que les ha llevado a protestar en la calle en las últimas semanas.
En ¿Quién es el jefe?, los consumidores votan en una web qué condiciones quieren del producto y, en función de ello, se le asigna un precio, siempre por encima de los parámetros de rentabilidad: es una idea «muy buena» porque, en el caso por ejemplo de la leche, potencia la «calidad diferenciada e implica al consumidor», señala a Efeagro el ganadero zamorano de vacuno de leche Jorge Hernández, uno de los integrados en el proyecto.
Hernández está agrupado en una organización de 17 ganaderos que ya ha destinado 100.000 litros a este programa.
En octubre se puso a la venta el primer envasado, en Carrefour, con leches enteras, semidesnatadas y desnatadas a 0,99; 0,90 y 0,84 euros el litro, respectivamente, en el punto de venta.
Pero es que en origen, él recibe 39 céntimos por litro, unos cinco céntimos más que la media normal: «Es la diferencia para que una explotación sea o no viable», enfatiza.
Según explica, son unos precios por encima de la media pero se trata de que el consumidor aprenda a valorizarlo.
En su caso, el proceso comenzó con una votación abierta en Internet en la que el consumidor diseñó el tipo de leche que quería y muchos de los encuestados pidió que no tuviera aceite de palma
Para ello, tuvieron que hacer algunos cambios en la alimentación animal, ya que ese tipo de aceite puede estar presente de forma «mínima».
Fue un cambio que encareció los costes de producción en 600 euros más al mes, pero aún así apostó por ese producto. Asegura que está implicado y pide que la distribución e incluso los consumidores también lo hagan al mismo nivel para que el proyecto pueda seguir adelante.
Pedro Dorado gestiona una granja de producción de huevos en Consuegra (Toledo) y se sometió al escrutinio de los consumidores, que demandaban un huevo campero, sin colorantes añadidos y obtenido de unas gallinas cuyo pienso tuviese un 60 % de cereal.
«Calculamos los costes que eso tenía, pusimos nuestro precio y estamos contentos porque cubrimos los márgenes» de rentabilidad, señala.