¿Anteponemos la política a la salud?
The New York Times, uno de los periódicos estadounidenses más leídos en todo el mundo ha dado un espectacular repaso al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su gestión de los efectos del coronavirus en España. Para el rotativo, la España de Sánchez se ha convertido, tal y como refleja el titular del artículo escrito por el corresponsal de NYT en nuestro país y en Portugal, Raphael Minder, en el último epicentro del coronavirus tras una respuesta vacilante.
Minder comienza con una frase contundente que da a entender el comportamiento errático del Ejecutivo. Sánchez declaró el estado de alarma, días después de permitir reuniones masivas en la capital. Añade: Irene Montero tiene que recuperarse y después dimitir sin perder ni un minuto. Es la principal culpable de organizar y apoyar la manifestación. El periodista se refiere, así a la imagen que ofrecieron las calles de España, fundamentalmente Madrid, durante las marchas del 8-M, que contó con la presencia de varios miembros del Gobierno, entre ellos, Irene Montero, que días después dio positivo en el Covid-19.
La sensación, que se produjo ante el mundo y ante los españoles, es que el poder es más importante que la salud. Es decir, pretendemos airear que somos los defensores de las mujeres, que solo hay dos partidos que las defiende y salimos para decir: aquí estamos. Seguid a nuestro lado. Seguid votándonos. Con nosotros o nosotras alcanzaréis la plena libertad, los plenos derechos. Se acabó la violencia de género.
¿No se podría haber evitado esa manifestación o era preferible crear un mal mayor? Hoy Madrid es una ciudad castigada por la pandemia. Puede ser que cientos de personas de la manifestación den positivo. Esta manifestación ha estado plena de irresponsables. Puede ser el azar, pero han estado expuestas miles de personas y no vamos a ser catastrofistas, pero ya sabemos cómo empezó en Haro con la reunión de un grupo de treinta y ocho personas asistentes a un funeral que se contagiaron de coronavirus, extendiéndo- se a Álava y contagiando a otras veinticinco personas. A la manifestación fueron miles de personas y hoy tenemos un resultado: Madrid es el epicentro de contagios y de fallecidos.
¿No se podría haber evitado esa manifestación o era preferible crear un mal mayor? Hoy Madrid es una ciudad castigada por la pandemia
Otro comentarista dice: que una enfermedad mortal está afectando a los políticos, no es el coronavirus, al menos aún no, más bien, es una combinación de ignorancia, indecisión y cobardía. Es la incapacidad de actuar con decisión para cortar de raíz una terrorífica pandemia.
Un periódico nacional, ante la actuación del Gobierno, dice: que los políticos actúan más por intereses electoralistas que por interés del pueblo. No vamos a ser mal pensados. No vamos a pensar que están haciendo una política de marketing y, al mismo tiempo, sacrificar aun país. Esto se ha dado y se sigue dando en las guerras.
El presidente sirio ha preferido sacrificar a un pueblo y mantenerse en el poder, más de medio millón de muertos y más de doce millones de desplazados y refugiados. Que el lector piense el porqué de esta tragedia. Yo no quiero pensar que este Gobierno actúa con criterios para asegurar un poder. Aunque todos conocemos las ambiciones del actual presidente, que, en una situación de catástrofe, no sé cuáles serían sus actuaciones. Se habla inclusive de un gabinete de crisis. Se habla de un gobierno de concentración. Aun, hundiendo el país, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no estarían dispuestos a ello ya que hay un odio e inquina contra aquellas fuerzas políticas que no piensan como ellos.
En otro orden, estamos recibiendo informaciones de que el País vasco está tomando otras decisiones distintas y que en Cataluña van por libre. Una muestra de que el Gobierno sigue directrices de los independentistas ya que, al día de hoy, el ejército no está actuando en dichas comunidades y sí está en ciudades, por ejemplo, en León, que creo no sea necesario dado que las fuerzas de orden público son suficientes para que se cumplan las normas. Esto indica que el Gobierno sigue pensando en los votos catalanes y vascos. Una pena y una miseria política.
Creo que la oposición actuaría en esa unión si el Gobierno se lo pidiera con tal de defender los intereses generales y, sobre todo, la salud de los españoles. Venezuela puede ser un ejemplo de intereses políticos. Diez millones de venezolanos en el exilio, Más de la mitad del país pasa hambre. No tienen medicinas ¡Por Dios que no entre la pandemia en este país! Y, sin embargo, el Gobierno aferrado a lo imposible porque está apoyado por un ejército comandado por personas que satisfacen las veleidades de los gobernantes.
Dios nos libre de estos pensamientos. Los racionalistas del siglo XVIII sustituyeron la fe por la razón, bajo aquel principio que dice: la razón lo puede todo. Pero los escolásticos, contraponen y dicen: donde no llega la razón, está la fe. A pesar de todo, vamos a tener fe en las decisiones que se tomen o se han tomado. Vamos a tener fe, ya que tenemos los mejores profesionales y la mejor sanidad del mundo. Vamos a tener fe para que no nos falten medios. Vamos a tener fe para que tengamos camas suficientes. Vamos a tener fe para que tengamos mascarillas y medios de desafectación, para que los profesionales se vean libres de contagios. Vamos a tener fe para que todo el país asuma las responsabilidades, incluidos los vascos y catalanes, porque también son españoles que en este momento difícil, necesitan a la madre patria para curar sus males, aunque nunca lo reconozcan.
Pero que sepan que España en los momentos difíciles, es un gran país solidario. Y termino con un deseo que: los intereses políticos se subordinen a los intereses generales por la salud de todos los españoles y si el gobierno necesita a todas las fuerzas políticas ha llegado el momento de la unidad, no del odio y las discrepancias. No antepongamos los réditos políticos a la salud.