Diario de León

El ‘Via Lucis’ espera su liberación

La Resurrección del pintor claretiano Mino Cerezo Barredo en la iglesia de San Antonio de Padua, de Armunia, queda sin inaugurar por el confinamiento

El párroco de San Antonio de Padua, Junajo Ruiz, posa deleante del ‘Via Lucis’ de Cerezo Barredo. FERNANDO OTERO

El párroco de San Antonio de Padua, Junajo Ruiz, posa deleante del ‘Via Lucis’ de Cerezo Barredo. FERNANDO OTERO

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Todo estaba listo para la inauguración el día de Pascua antes de que el coronavirus se convirtiera en una amenaza global. El Via Lucis del pintor claretiano Mino Cerezo Barredo para la parroquia de San Antonio de Padua, de Armunia, se terminó a finales de 2019 y las 14 tablas que lo componen fueron colocadas en el templo, alrededor de una imagen de Cristo que llegó desde Italia, mucho antes del confinamiento.

La obra aguarda en silencio en la iglesia, cerrada al culto, a que lleguen tiempos de celebraciones.

El Via Lucis, del que el de Armunia es la segunda representación que hay en España, nació en el verano de 1988 en el seno de la familia salesiana -que administra el templo de San Antonio de Padua- en Italia. Mino Cerezo, conocido como el pintor de la liberación, ya realió otra obra para esta parroquia de barrio. Seis tablas tituladas ‘Jesús pasó haciendo el bien’. Juanjo Ruiz, el párroco, le propuso realizar un Via Lucis y aceptó. El Via Lucis representa, según el sacerdote Sabino Palumbieri, profesor de antropología en la Universidad Salesiana de Roma, «la creación de un nuevo conjunto de las estaciones, centrado en la resurrección de Jesús y los acontecimientos posteriores de la misma, a fin de hacer hincapié en lo positivo, la esperanza de la historia cristiana que, aunque no ausentes de las estaciones de la Cruz, está oculto por su énfasis en el sufrimiento».

La primera gran celebración pública de esta devoción fue en 1990, tras lo cual ganó un mayor valor en la capilla de San Calisto en las catacumbas de Roma. Dos años después se incorporó al ritual de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, bajo el calvario de Santa Elena. En 1997 en la Basílica de Pompeya, Nápoles, el escultor Giovanni Dragoni erigió los 14 paneles en bronce y un año después en la Basílica de San Juan Bosco el Becchio en Turín.

En 2001, la Santa Sede promulgó un directorio sobre la piedad popular y la liturgia, que lo elogió como una forma de devoción propia del tiempo pascual. Una resurrección que este año espera su liberación del Covi-19.

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