«Lo más hermoso del arte actual es no conocer su futuro»
Manuel Olveira cumple este mes de junio siete años al frente de la dirección del Musac
—El Musac está de aniversario y se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad y del arte contemporáneo. ¿Qué importancia tiene para León tener un museo de estas características?
—Tanto por el tipo de museo —que se ha posicionado siempre como una institución avanzada y comprometida— como por el edificio en sí –que fue premio Mies van der Rohe de arquitectura europea en 2007— es verdad que Musac se ha convertido en parte de la imagen contemporánea de León; lo que es importante porque permite tener en la ciudad un vector que apuesta por la dinamización, la transformación y la actualidad. Es una herramienta en manos de la ciudadanía para entendernos y entender el mundo e imaginar poética y políticamente nuestro lugar en él.
—¿Y para el mundo del arte contemporáneo?
—Fue un acierto desde el primer director entender que el Musac necesitaba un proyecto diferencial en medio del panorama artístico. Todos hemos intentado concebir el museo desde una especificidad, al principio de una forma más festiva o espectacular y ahora con una orientación más discursiva y crítica. De una manera u otra, lo importante es ser capaz de actuar de forma singular y contextualizada para contribuir desde la diferencia al ecosistema de las artes que necesita diversidad de orientaciones, modelos y tamaños.
—Son ya siete años al frente de la dirección. ¿Qué supuso para usted en su momento?
—Lo más importante al principio fue intuir que se podía desarrollar el proyecto con el que me había presentado al concurso y, más tarde, comprobar que con la ayuda del equipo era factible hacerlo. La actual exposición ‘Cinco itinerarios con un punto de vista’ y la publicación con el mismo título son una forma de dar cuenta y de hacer balance ante la ciudadanía del trabajo realizado.
—¿Qué cree que le ha aportado al Musac como director?
—Creo poder decir que un modelo de trabajo en sintonía con la realidad tras la crisis financiera de 2008 que se tradujo en una estabilidad que el museo necesitaba desde la dimisión del primer director justo tras el estallido de la crisis que le dejaba sin los recursos económicos necesarios para desarrollar su modelo de museo. En estos siete años, además de estabilidad, creo que hemos desarrollado un modelo de museo definido por una museología crítica, un modelo educativo y un trabajo comunitario y situado muy diferente de los estándares habituales.
—Vivimos un momento histórico en el que todo se ha paralizado y de nuevo la Cultura está siendo castigada. ¿Cómo van a reactivar la actividad en los próximos meses?
—Como sociedad en general y como museo público en particular vamos a tener que manejar dosis de incertidumbre y consecuencias inimaginables hasta ahora. Es cierto que la comunidad artística será de los sectores más afectados, junto con otras capas de la sociedad desfavorecidas. Todas las administraciones en general tendrán que implementar medidas de cuidado al cuerpo social y el museo, por su parte, tendrá que impulsar su actividad cuando sea posible para garantizar tanto los derechos culturales de la ciudadanía como para dinamizar a la comunidad artística que ahora se halla paralizada.
—¿Está en riesgo la supervivencia del museo?
—El museo como concepto es una institución histórica que nació en un momento determinado y que podría desaparecer, aunque no creo que vaya a ocurrir ahora. Otra cosa es que la crisis económica que vendrá tras la sanitaria vaya a suponer un golpe para los museos, especialmente para los museos públicos. La crisis de 2008 supuso un cambio de modelo orientado a la privatización -de hecho, desde entonces, en España sólo se han abierto museos privados- por lo que espero que la crisis de 2020 nos ayude a concienciarnos de la necesidad de defender los servicios públicos de sanidad, educación y, también, de cultura para todos.
—¿Por dónde pasa el presente y el futuro?
—Por seguir cumpliendo con su misión de dinamizar el arte actual y con su función de garantizar los derechos culturales de todos. Somos la única institución con responsabilidad en arte contemporáneo en toda la Comunidad, por ello entendemos que hemos de esforzarnos por sintonizar con el presente cambiante que vivimos y por darle expresión a esos cambios en las actuaciones, programas y exposiciones del Musac en el futuro.
—¿Con qué tres exposiciones de las muchas que han pasado por el Musac se queda?
—Como ya dije en otro momento, la programación en general es una propuesta intelectual y emocional que ha sido pensada siguiendo hilos temáticos como los que se pueden ver en la actual exposición de la Colección Musac. Cada muestra es singular dentro del conjunto de la programación. Resaltaría las individuales de Carolee Schneeman, herman de vries, Gustav Metzger, Castillejo, Hessie o Gina Pane por su novedad en España, y las muestras colectivas como S ector primario, Región o Feminismos León por su compromiso con lo local.
—¿Qué posición ocupa el Musac en la esfera internacional?
—Rafael Doctor tuvo los medios y el acierto de lanzar al Musac como un museo espectacular (aunque también un tanto festivo y banal) que le valió una identidad singular en medio del panorama nacional y una repercusión internacional que el museo conserva. A pesar de los recortes de presupuesto y de personal sufridos en 2010, el museo mantiene una excelente posición que hemos de sostener incluso en estos duros momentos que tenemos encima.
—¿Puede avanzar algunas de las novedades que se verán en los próximos meses?
—Algunas, o incluso todas, tendrán que ser retrasadas al año que viene, pero espero que muy pronto podamos ver las muestras individuales de Paloma Navares, Ana Prada o José-Miguel Ullán y colectivas tan importantes como la de Tráfico de arte, una iniciativa importantísima ayer y hoy mítica de la ciudad de León.