El camino para alcanzar un lenguaje propio
El museo siempre ha apostado por ofrecer una línea de programación estable y central
Cinco itinerarios con un punto de vista, la actual exposición, que puede visitarse de miércoles a domingo con entrada gratuita. DL
No hay en el Musac exposiciones más importantes o menos, porque siempre prevalece el estilo. Y casi una idea romántica de que todo lo que se ofrece al visitante tiene un relato. Como si existiera, lo hay, un planteamiento, nudo y desenlace. No necesita el Musac eslóganes recurrentes, porque la experiencia queda siempre en la memoria. Del museo y del espectador.
Muchas de las exposiciones de estos quince años marcan el inicio de líneas de programación estables y centrales en el museo. Además, todas ellas han tenido especial repercusión tanto en la sociedad como en el ámbito del arte contemporáneo.
Emergencias llegó en 2005. Inaugurada el 1 de abril de ese año, fue la exposición inaugural del centro museístico, especialmente reseñable por ser la primera ocasión en la que pudo verse expuesta una selección de obras pertenecientes a la Colección Musac.
2006 es el año de un gran hito para el Musac. Podría decirse que fue el año de Pipilotti Rist. Sus Pröblemäs buenös. 4 obras de Pipilotti Rist y amigäs se convirtieron en un acontecimiento internacional que se vivió intensamente en la ciudad y que ya para siempre asociaron el nombre de Rist tanto al Musac como a León.
La posición feminista que el Musac puso entonces de manifiesto como línea a mantener y reivindicar corrobora su espíritu global sin desatender asuntos de proximidad. Lo demuestra cuando en 2007 le llega el turno a Néstor Sanmiguel con El segundo nombre de las cosas , que conjuga la atención al arte total pero a su vez al papel de estímulo y visibilización de la creación artística en la Comunidad.
La amplitud de miras del Musac se traduce en sus apuestas, pero también en planteamientos base: dar voz a colectivos, reivindicar o superar el eurocentrismo. Así transcurren citas inolvidables. Y Dominique González-Foerster, con Nocturama* , en 2008, es una buena prueba. Como lo fueron en 2009 Ugo Rondinone, con La noche de plomo ; Modelos para Armar. Y Pensar Latinoamérica desde la Colección Musac , en 2010; o el beninés Georges Adéagbo, cuando llegó en 2011 con La misión y los misioneros .
Por su parte, Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 fue una gran muestra colectiva que quiere subrayar la importancia que han tenido los discursos sobre el género y las identidades sexuales en la producción artística española desde los años sesenta del siglo pasado.
Lara Almarcegui, presentó en el Musac Parque fluvial abandonado , una exposición tras la que fue seleccionada para representar a España en la Bienal de Venecia en 2013. Una prueba de altura de la proyección del Musac.