León combate el cambio climático desde las aulas

La conciencia global de que el cambio climático hay que combartirlo desde los pequeños actos cotidianos ha entrado en las aulas. En León once colegios han conseguido —seis este año y cinco el pasado— el sello de calidad ambiental y de centro sostenible con el que la Junta de Castilla y León reconoce sus acciones educativas y la gestión bajo el paradigma de las tres R: reducir, reciclar y reutilizar.

El Cepa Faustina Álvarez, dedicado a la enseñanza de personas adultas, el Colegio Don Bosco y el Colegio Virgen Blanca, en León; el Ieso de La Pola de Gordón; el Ceip Valentín García Yebra de Ponferrada y el CRA Villa Romana de Villaquilambre son los seis centros que ayer fueron reconocidos con este título que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente otorga a cambio del compromiso. El Ceip Teleno de La Bañeza, el Divina Pastora e IES Padre Isla de León, La Anunciata de San Andrés y el Ceip Benito León de Santa María del Páramo lo consiguieron el año pasado.

Los recursos naturales se agotan y «la gran mina de materiales está en los residuos tecnológicos que desechamos: ordenadores, televisores, teléfonos móviles, etc.», comenta Tere Crespo Toral, profesora de Biología del Cepa Faustina Álvarez, y promotora de la iniciativa junto con el profesor Manuel Pereira y la directora, Lidia Getino.

Este centro, con más de 1.000 alumnas y alumnos, planificó el tema ambiental como eje didáctico y de acciones culturales del centro desde comienzos de curso. Se realizó una auditoría para detectar los puntos en los que hay que trabajar a fin de encontrar el máximo equilibrio con el medio ambiente.

Las mejoras que se habían realizado anteriormente para el ahorro energético, como el cerramiento de las ventanas y unas válvulas para regular el calor, con la colaboración la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de León, también se incorporaron a la memoria que enviaron a la Consejería de Fomento para conseguir el sello ambiental.

La renovación luminarias por plafones de led forman parte de esas pequeñas acciones para reducir el impacto del centro en el planeta. «Una de las peculiariades de nuestro centro, además de la gran matrícula, es que son personas adultas que lo llevan a su casa», explica la directora.

La biblioteca ha ensanchado sus estanterías con nuevas publicaciones dedicadas a o con el medio ambiente como protagonista y el compromiso con las entidades locales se ha traducido en la implicación de algunos alumnos y alumnas en el colectivo El Mocho, que una vez al mes recoge la basura de la ribera urbana del río Bernesga.

El Cepa Faustina Álvarez, situado en el casco histórico de la ciudad, quiere fomentar el uso de la bicicleta y otros medios de transporte no contaminantes y le ha pedido al Ayuntamiento de León un aparcamiento seguro para estos vehículos.

La conciencia sobre las pequeñas acciones que pueden ayudar a reducir las emisiones sobre el planeta se siembra en acciones puntuales como el Día de la Paz, que fue aprovechado para recoger discos compactos para diseñar un árbol y reflejar al mismo tiempo el crisol de culturas y nacionalidades —alrededor de medio centenar— que confluyen en el centro. El Día de la Alimentación sirvió para educar sobre la importancia de evitar tirar comida (los desperdicios generan el 8% de la huella de carbono), así como buenas prácticas de conservación de los alimentos y la promoción de la dieta Atlántica, con más platos elaborados con productos de cercanía como los potajes.