Activistas denuncian que los microrracismos banalizan la discriminación
Los activistas y organizaciones antirracistas denuncian estos días, coincidiendo con el aumento de la sensibilidad por la muerte de George Floyd en EEUU a manos de la policía, los «microrracismos», comportamientos que hieren a los racializados y que provienen de personas que no son conscientes de sus actitudes.
«Cuando hablamos de racismos, lo primero que les viene a muchas personas a la mente es la imagen de personas blancas disfrazadas del Ku Klux Klan, ahorcando personas negras o plantando esvásticas incendiadas en patios ajenos (...) pero el racismo es más complejo que esto», ha explicado a Efe Dayana Catá activista de Afrofeminas. Nacida en La Habana, en 1989, la escritora, con estudios de Psicología Clínica y Criminal, señala que el racismo «ha evolucionado» sin desaparecer y que los «microrracismos se han adueñado de las vidas de miles de personas blancas, a veces desde el desconocimiento». Así, recuerda frases tan arraigadas como «me pones negra» o «trabajé como un negro» que van pasando de padres a hijos. «Como activista, siempre me han parecido bastante preocupante los microrracismos, por toda esa banalización que los envuelve, y que al final de cuenta son la base, en muchas ocasiones, para actos racistas mayores», dice. Catá señala que «como mujer negra en España», tiene que «lidiar con la exotización» de su pelo afro, que a menudo le tocan las personas blancas sin su consentimiento. «Como si fuera un caniche de exposición», denuncia.
Igualmente dice que le ocurre que lo primero que le preguntan al conocerla es «de dónde eres», algo «superficialmente inofensivo, pero que en profundidad pone de manifiesto que la parte blanca que pregunta no ha tenido en cuenta que la persona negra pueda ser española». «Los microrracismos son dañinos, son agresivos, y producen que las personas negras que los sufrimos tengamos que lidiar continuamente con estos actos».