Belleza cyborg
josé enrique martínez
En diferentes ocasiones me he referido a las huellas informáticas en la poesía del momento. Se trata de obras de poetas jóvenes que han nacido y crecido en el ámbito de las nuevas tecnologías. El arte, como es lógico, no vive ajeno al desarrollo de las mismas, que han aportado a la lengua toda una serie de términos de uso habitual incluso fuera de los medios. Esta entradilla me acerca al poemario Error 404, de Begoña M Rueda, joven poeta jiennense con tres títulos anteriores premiados y publicados: Princesa Leia (2016), Siberia es un estado de ánimo (2017) y Reencarnación (2018). El nuevo poemario se inscribe en el ámbito aportado por la informática, como indica su propio título Error 404. En cierto modo, la lectura del poemario se asimila a una sesión de trabajo con el ordenador, con apertura, desarrollo y cierre, de modo que sus partes se titulan Iniciando el equipo, Software, Error 404 page not found, Hardware y Apagado el equipo. Los títulos de los poemas responden al mismo signo: Youtube, Paint, Windows 98, Avast, etc. Ni que decir tiene que mi lectura comenzó por curiosidad y siguió con interés y gusto, por más que su vocabulario pueda incomodar o resultar indigesto a los lectores poco habituados al manejo del ordenador y sus múltiples aplicaciones así como a los desconocedores del léxico específico. Pero si se supera esa zanja se puede disfrutar de un poemario imbuido de lirismo e impregnado de una problemática que nos sacudirá la conciencia: feminismo, racismo, discriminación, incomunicación, deshumanización... En este sentido, me detengo en el poema «Locus amoenus.rar», nueva versión del viejo tópico. Ya en su momento, Raquel Lanseros entendió, críticamente, que el nuevo locus amoenus no era ya el de unos pacíficos pastores cantando sus dichas o desdichas amorosas en un delicioso paisaje natural, sino un centro multiusos; la nueva poeta, Begoña M. Rueda, constata: «Nuestro locus amoenus / es la habitación de un centro compartido / alquiler rentable, internet, agua, luz / y gastos de comunidad inclusive, / no muy lejos de la facultad, del centro...». Queda mucho por decir de un poemario imaginativo, tentador y no banal ni gratuitamente instalado en la atmósfera informática, que en todo caso sirve como «placa base» para detectar y denunciar problemas acuciantes de nuestro mundo y a la vez para crear lo que un poema llama la «belleza cyborg», «un terreno para la poesía / aún inexplorado, virgen».