Aciertos del corazón
nicolás miñambres
No dejan de sorprender las palabras de la contraportada: «Esta es una novela sobre varias personas cuya suerte queda ligada por un corazón». Y se advierte: «No se trata de un corazón simbólico, sino de un órgano que palpita y da la vida …y también la muerte». Menos importancia supone de quién se trate: «Tres personas protagonizan esta historia, tres personas unidas a una misma suerte y a un mismo corazón» (…).Pero se advierte con frialdad: «Aquí el corazón es, antes que nada, el músculo que desde la cavidad torácica bombea la sangre», pero se observa que no es así. Dos personas, dos familias y dos continentes, China y Estados Unidos, se enfrentan en su sensibilidad y, especialmente, en las consecuencias humanas. En ello tiene importancia determinante una criatura Robyn, una chica de dieciséis años, sumida en múltiples desgracias, pero confesando, a sus treinta y dos años, que no recuerda nada. Pero, desde hace tiempo, Robyn escribe a alguien muy querido, su padre. Y lo hace desde un internado, Unidad de Mountain, en Texas.
El hecho básico de la obra es el proceso cardíaco, pero es interesante comprobar la diferencia de los personajes y especialmente de los países, con sus implicaciones médicas, sociales e ideológicas diferentes.
Analizando el proceso en la obra funcionan, en principio, dos elementos humanos: «Un hombre de cuarenta y cuatro años está arrodillado de cara al muro con una venda en los ojos». Detrás de él, otro dispara, pero su interés es claro: «lo importante es conseguir que el hombre caiga sin morir al instante», porque un corazón vivo tiene más posibilidad de ser trasplantado. He ahí el nudo temático y su desenlace: casi muerto, a Linwey, se le entrega el cuerpo para que lo lleve a Estados Unidos, con la esperanza de una nueva vida por delante.
En la novela tal vez haya una cierta sobrecarga de elementos narrativos, ambientales, humanos e internacionales, así como un exacto interés por referencias «extraliterarias». presentes en las 30 notas finales, pero hay que reconocer su originalidad narrativa