Refugiados
«Salté ocho veces la valla hasta que conseguí entrar»
El confinamiento y la pandemia marcan los actos en León para concienciar de la situación Ibrhim Mochames cuenta su viaje de huida desde Túnez
El palestino Ibrhim Mochames saltó la valla de Melilla hasta en ocho ocasiones hasta que consiguió llegar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti). Fue el 16 de abril de 2019 a las nueve de la noche. Es lo único que se le entiende con meridiana claridad porque casi toda la conversación transcurre en francés con Belén del Palacio, trabajadora social de Accem, como traductora.
Aquella noche saltó solo. Antes ya lo había intentado también a pie, en bicicleta, en moto. Nunca tuvo éxito. «Hasta me corté el pelo como los marroquíes para camuflarme y pensaran que era uno de ellos», recuerda. Para nada funcionó. La policía lo devolvía una y otra vez a Marruecos. Esa noche saltó y lo consiguió.
Pero solo era un destino más. Atrás quedó un periplo que comenzó en 1998 con su familia huyendo de Gaza para llegar a Túnez. «Los palestinos no tenemos patria, estamos indocumentados allí donde vamos». Contable de profesión, con 26 años y 3.000 dólares en el bolsillo, salió de Túnez en avión. En Nador, Marruecos, esperó su oportunidad «Me robaron 2.000 dólares. Es difícil librarse de las mafias, no se puede salir a la calle con dinero ni móvil».
En León
Más de doscientas personas atendidas en León con peticiones de refugio y asilo político
Tras pasar 29 días en el Ceti de Melilla, en barracones con otras 400 personas y «donde viví mucho racismo», le trasladaron a Málaga y a Sevilla, donde le asignaron una plaza de acogida en un piso. «Estuve desde el 16 de mayo al 8 de junio del año pasado. Pero me fue a Madrid y de ahí a Bélgica, donde vive un tío mío». Sin papeles, las autoridades lo devolvieron a España aplicando la Convención de Dublín, una ley internacional firmada en 1990 que tiene como fin determinar qué estado miembro de la UE se hace cargo de cada solicitud de asilo realizada por una persona en suelo europeo. «Como hice la solicitud en España, me enviaron otra vez a España».
Desde diciembre está en León en un piso de acogida de Accem y con la solicitud de la condición de refugiado en trámite. «No pienso volver a Turquía, ni puedo volver a Palestina, no tengo documentación. Quiero construir mi vida, estudiar, trabajar de contable si es posible, que es para lo que he estudiado». Para conseguir este sueño asiste a clases de español, talleres de formación «y ahora voy a empezar uno de cocina».
Accem trabaja en León por las personas que piden asilo y refugio. Las educadoras y trabajadoras sociales han atendido a 250 personas en este primer trimestre del año de forma presencial. La pandemia obligó a modificar el sistema de trabajo. Con las 36 plazas de los pisos de acogida completas, la organización ha mantenido parte de su actividad de manera telemática. «A los pisos de acogida íbamos los voluntarios cada quince días para llevar productos de alimentación y aseo. Ellos no han salido» y se han librado del virus, explica la trabajadora social Belén del Palacio. «También hemos articulado equipos de educadores. El Ministerio nos autorizó para aumentar el número de datos de los móviles, pero es cierto que los niños y niñas que tenemos en los pisos han trabajado las tareas de los colegios sin ordenador y hemos notado esas dificultades, aunque los colegios se han volcado y nos enviaban las tareas por correo ordinario».
El servicio de acogida temporal de la organización atendió a 69 personas, 23 mujeres, 24 hombres y 22 menores de edad. Destacan los refugiados procedentes de Venezuela, Colombia y el Salvador, aunque también han llegado procedentes de Cuba, Perú, Túnez, Nicaragua, Marruecos, Siria y Palestina.
Por su parte, desde el programa de acogida e integración de personas refugiadas y solicitantes de protección internacional gestionado por Cruz Roja Española se han atendido un total de 37.425 personas en 2019.
Desde la Oficina Provincial de Cruz Roja Española León se da respuesta humanitaria, la protección, el apoyo y la integración y la defensa de las personas migrantes y desplazadas. Durante el 2019 en León se han atendido a un total de 113 personas de hasta 15 nacionalidades distintas, destacando la presencia de Venezuela (45%), Honduras (8%), Colombia y Nicaragua (7%) por ser las más numerosas, informa la institución en un comunicado.
En este primer semestre se han atendido a 46 personas, apreciándose un notorio cambio en el perfil de las demandas siendo ahora Colombia (28%), Venezuela (24%), Honduras (13%) y Nicaragua (9%) las más presentes. Los servicios de acogida e integración de personas solicitantes de asilo y refugiadas fueron considerados esenciales y Cruz Roja ha garantizado la atención en todo momento.