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Reclamo

Frente social para salvar la Presa del Bernesga

Herida casi de muerte y seca tras 800 años de vida, la mala situación de la Presa del Bernesga sirvió ayer de reclamo para que un centenar de regantes, dueños de fincas y políticos de los 6 municipios que atraviesa se dieran cita en San Andrés para intentar formar un frente social para salvarla

León

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El frente común para salvar la histórica Presa del Bernesga no quedó ayer definido, pero sí muy encaminado. Vecinos, regantes, pedáneos y alcaldes de los 38,5 kilómetros que riega desde la Edad Media esta imponente infraestructura hídrica se dieron cita en el salón de plenos de San Andrés del Rabanedo para intentar que la acequia siga funcionando.

La sequía que la azota tras el temporal del pasado diciembre que desvió el río que la nutre preocupa y mucho a la población de Cuadros, Sariegos, San Andrés, León, Onzonilla y Vega de Infanzones como quedó ayer patente con la gran afluencia de personas que acudieron al primer llamamiento en busca de soluciones para impedir que se muera.

En la sala, un mensaje claro: La Confederación Hidrográfica del Duero «no ha hecho nada y no prevé dar un duro» para repararla. Sin embargo, la alcaldesa anfitriona, Camino Cabañas, explicó al público que la entidad «tendrá que entrar en razón y no puede desentenderse si se le lleva una memoria valorada de las obras y el acuerdo de todos los regantes y afectados sobre su implicación para establecer unos cupos y horarios de uso del agua, además de una vigilancia para que la presa esté en condiciones una vez que se arregle».

Desde el siglo XIII

La canalización baña 700 hectáreas en sus 38,5 kilómetros de recorrido de Santibáñez a Vega

San Andrés, con todos sus pedáneos, el concejal de Medio Ambiente, un edil de UP y otro del PP, ofreció, como Sariegos y Onzonilla allí presentes, el respaldo para acudir a esas negociaciones con la Confederación y la Junta. El regidor de Sariegos, Roberto Aller, mostró un estudio que valoraba en más de 100.000 euros las reparaciones por los destrozos del río en su zona.

Desde Vilecha también se puso de relieve que para todos vayan a una se debe garantizar que llegue el agua a los pueblos por debajo de Armunia, «porque llevamos ocho años sin ella». La presidenta de la Comunidad de Regantes aclaró que en caja sólo poseen 1.000 euros del agua, «porque hay muchos que han regado sin pagar». Una situación que se quiere corregir con la redacción de un censo y un documento de reorganización de la gestión de la histórica presa.

Muchos pozos secos

La idea de regantes, dueños de fincas y políticos es poner en valor el humedal, que da vida

Así se podrían volver a regar las 700 hectáreas que baña este símbolo del alfoz leonés que ha regado desde el siglo XIII las huertas y fincas de trece poblaciones desde Santibáñez a Palanquinos en un recorrido de 38,5 kilómetros.

Además, el presidente del Sindicato de Regantes, Pedro Fidalgo, un enamorado del valor paisajístico, de lo leonés y de la vida que aporta para el campo y los animales esta conducción que pasa por Santibáñez, Lorenzana, Sariegos, Azadinos, Villabalter, San Andrés, Trobajo del Camino, Armunia, Trobajo del Cerecedo, Vilecha, Onzonilla, Grulleros y Palanquinos, está empeñado personalmente en que los problemas actuales no signifiquen el último capítulo para esta gran acequia. Por eso promovió el encuentro de ayer con la esperanza de unir voces, exigir un futuro y pedir su puesta en valor a las administraciones.

Otra reunión en breve

Los representantes de los seis municipios y la Comunidad de Regantes se citaron el miércoles

Recordó que «el último temporal llevó chopos, maleza y otros árboles, amontonó hasta dos metros de piedra e hizo agujeros a tres metros por los que se escapa el agua de nuevo al río. Hay sobre todo tramos muy afectados y secos que suponen un gran riesgo. Si no se actúa ya, la presa se nos muere». En este humedal florecieron mejillones de agua dulce, toda una rareza llamados también náyade o madreperla de río. Unos moluscos bivalvos que pueden llegar a superar el siglo de vida y los 12 centímetros de longitud. También llegó a tener 20 especies de anfibios y 40 de aves que, a su juicio, habría que intentar recuperar con «un proyecto que salve esta canalización histórica y la vida ligada a ella, porque he visto más de 300 cangrejos señal muertos y los patos y los corzos han huido», insiste.

La situación ha afectado a los pozos de consumo humano de la zona, según confirmaron varios asistentes, lo que ha generado cierto temor a que zonas típicamente verdes gracias al escape de agua de la presa, que es de tierra, a las fincas cercanas se acabe y todo se seque. El miércoles se celebrará otra reunión para avanzar en el frente común.