Literatura sin trampa ni cartón
l La leonesa Ana Flecha Marco publica con Mr Griffin ‘Dos novelitas nórdicas’
Publicar con Mr. Griffin ha sido la mejor experiencia editorial que he tenido nunca. Desde que empezamos todo este proceso hasta ahora (y espero que así siga por muchos años) he contado con dos editores dedicados que me han leído con atención, me han escuchado y me han ayudado a mejorar mis textos. Hemos compartido dudas, incertidumbres y chascarrillos, que es una cosa que no se puede compartir con cualquiera». La escritora Ana Flecha Marco acaba de publicar con la editorial leonesa Dos novelitas nórdicas, dos historias que, como ella misma explica son dos novelas cortas, y nórdicas (las dos). No hay, ni por parte de la editorial, ni por supuesto de la autora, la intención de ‘vender’ gato por liebre. No. Todo lo contrario. La autora deja claro desde el principio al lector que lo que contiene el objeto editorial es sólo literatura, un acto audaz en los tiempos que corren. «Costumbrista e introspectiva». Estas son los calificativos que la escritora da de las dos historias que han inaugurado su carrera literaria: Historia de Ø y Mancha, dos relatos que nos obligan a comprometernos. El primero, con la necesidad de reaccionar ante el reto de la supervivencia, la segunda, con la identidad y con cómo nos afecta en nuestra construcción con los demás. complicado de la literatura. ¿Era tu intención al comenzar a escribir?Destaca la autora que las novelitas no son relatos: no tienen ni la extensión ni la complejidad argumental de una novela, ni tampoco la concisión de un relato. «Al comenzar a escribir, lo último que me planteo es la extensión final de lo que escribo, pero es cierto que me siento cómoda en este género intermedio, que también me interesa como lectora.»Manifiesta que la creación peligra de una manera distinta que el planeta y rechaza la visión romántica del trabajo creativo. «Muchas veces se concibe como una excentricidad, como un pasatiempo, y no, es trabajo, y como tal hay que valorarlo, respetarlo y remunerarlo», defiende. Ana Flecha se posiciones en contra de la idea del creador bohemio que malvive y malcome — «no me parece romántica ni como idea»— y advierte de que para poder crear, «como para todo», se necesitan una cierta tranquilidad y unas condiciones de vida dignas. Y es que el fin, entendido como despedida, es el relato que levanta Flecha Marco en Historia de Ø, que narra cómo el puñado de habitantes de una isla minúscula del mar de Noruega, que se hunde de manera inexorable debido al cambio climático causado por la acción humana, decide poner a salvo la memoria colectiva del territorio que ha sido su hogar desde generaciones, una memoria que reside en los objetos y tradiciones que han conformado la manera de ser y, de alguna manera, moldeado el paisaje vital de sus moradores. La calidad literaria de las dos historias le ha valido el reconocimiento de la crítica. «Si piensas alguna vez en esas islas que se comerá el mar por el deterioro del ecosistema, léela. Pero léela también si te gustan las voces auténticas, que se perciben libres, lejos de las modas y de los soniquetes en auge», ha dicho Elvira Lindo de la obra. La otra novelita corta se titula Mancha, historia sobre la llegada de una joven profesora de español a Flekke, un pueblecito noruego. En los dos, Ana Flecha consigue que la voz de sus personajes se oiga con fuerza mientras que consigue difuminar la suya de una manera similar a la de os escritores del XIX. «Mucha gente que me conoce ha entendido Mancha como una especie de diario de los años que pasé como profesora de español en Flekke, el pueblo en el que se ubica la narración. Visto así, parecería que están en lo cierto. Sin embargo, aunque puede haber ciertos parecidos con mi vida y con la realidad (me atrevería a decir que, más o menos disfrazados, en cualquier libro los hay), casi todo lo que sucede en Mancha es ficción».