Técnica innovadora
San Juan de Dios trata el dolor ciático con un neuroestimulador medular
Los anestesistas Emilio Bronte y Alejandro Rabanal inician esta intervención en el centro
El Hospital San Juan de Dios de León implantó el viernes por primera vez en su historia un neuroestimulador medular a una paciente con dolor crónico radicular, conocido como ciática, que no cedía ante el tratamiento convencional con fármacos.
Los médicos anestesistas Emilio Bronte y Alejandro Rabanal, de la Unidad del Dolor del Hospital San Juan de Dios, fueron los encargados de intervenir a la joven con una técnica quirúrgica que pasa por estimular las raíces posteriores de la médula espinal para modular la percepción que llega al cerebro del dolor, infromó ayer el Hospital San Juan de Dios en un comunicado.
Así, colocaron unos electrodos en el espacio epidural — próximo a la columna vertebral de la paciente— para transmitir suaves impulsos eléctricos a sus estructuras nerviosas.
Epidural
La técnica consiste en colocar unos electrodos cerca de la columna vertebral del paciente
El procedimiento se realiza en dos tiempos.
En este sentido, y tras un periodo de prueba favorable de tres semanas, en una segunda intervención se le implantará el neuromodulador definitivo, un dispositivo electrónico no mucho mayor que un reloj.
Dolor crónico
«Es costoso y hay que asegurar que funciona», afirma Rabanal.
Cuando el dolor crónico es complejo y su tratamiento con fármacos, cirugía, bloqueos nerviosos con anestésicos locales o terapia física no ha sido suficiente, la neuromodulación se revela la alternativa. Ayuda a reducir la medicación llegando en algunos casos a retirarlo completamente si el dolor desaparece, con la ventaja que supone evitar los efectos secundarios de algunos tratamientos farmacológicos.
Técnica innovadora
Esta técnica innovadora está especialmente indicada cuando el dolor es de tipo neuropático y lleva afectando a la espalda, cuello, brazos o piernas durante más de seis meses.
El dolor crónico y recurrente debe considerarse como una enfermedad en sí misma y no como un síntoma y se debe hacer en el momento en que deja de advertir de algún peligro en el organismo, de tener una función defensiva, para convertirse en un problema que, la mayoría de los pacientes, se han echado a la espalda, una estructura de soporte básica.
El dolor que persiste o recidiva durante más de seis meses está presente, según la Sociedad Española del Dolor (SED), en el once por ciento de la población española.