Incógnita
Escolares con diversidad funcional: ¿Colegio o casa?
Flexibilidad educativa para alumnado especial. La vuelta al cole sigue siendo una incógnita para las familias con niños y niñas con diversidad funcional. La incertidumbre aumenta la demanda de escuela en casa de escolares matriculados en centros ordinarios. Las asociaciones reclaman que no se olvide «otra vez» a los escolares con necesidades especiales.
«Empezar el colegio presencial, con casos como el de mi hijo, es una barbaridad. No han pensado en estos niños», afirma Gema Fradejas, presidenta de la asociación leonesa Somos Diversos y una de las integrantes de la Propuesta de Flexibilidad Educativa.
Desde esta plataforma estatal se plantea que «las familias que puedan y quieran seguir con la educación a distancia tengan el derecho de hacerlo», señala su manifiesto. Esta medida produciría una «disminución de la ratio en las aulas de forma natural y con el respeto a la diversidad social y de circunstancias que esta situación ha generado», añade.
La asociación Todos Sumamos Creando Inclusión constata que la demanda de familias que quieren optar a la escuela en casa este curso es notable. «Un 50% de las familias quieren quedarse en casa y otro 50% son partidarios o necesitan la escuela presencial, pero no ven que se estén tomando las medidas adecuadas, con desdoble de aulas, más personal ATE o personal de limpieza para desinfectar los espacios», señala Gema Seoane, presidenta de este colectivo.
«Queremos una vuelta al cole segura. Hay que aprender a convivir con el virus, pero si con los niños con diversidad funcional ya es complicado en condiciones normales, en esta situación se hace más difícil», puntualiza. Bajar la ratio por aula y aumentar el profesorado y el personal de ATE son dos condiciones imprescindibles que no ven que se cumplan por ahora. Las normas dictadas son muy generalistas y respecto a la mascarilla subraya que no se contempla de forma concreta la diversidad funcional. «Independientemente de que tengan patología médica o no hay niños con diversidad funcional que no toleran o no entienden que tienen que llevar la mascarilla», argumenta.
A elección
Las familias quieren optar a quedarse en casa con o acudir a los colegios, pero con garantías específicas
Los escolares con diversidad funcional presentan dificultades de conducta que complican normas como el uso de la mascarilla o la distancia física. «Cada caso necesita una respuesta diferente y si hablamos de que, además, hay niños y niñas que tienen patologías físicas, el tema es más complejo», señala. En casa o en la escuela. Ese es el dilema que tienen ante sí muchas familias. La salud, el bienestar del menor y la conciliación son tres factores que pesan en la decisión. Les preocupa que sus hijos compartan el espacio de socialización que es la escuela.
Tampoco ven viable las asociaciones crear burbujas en los centros escolares con la movilidad que tiene el alumnado con necesidades especiales, que pasa por diferentes aulas con el profesorado especializado en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje. Son muchas las incógnitas, pero una cosa tienen clara. «El artículo 11 de la Convención de Derechos de Personas con Discapaciad prevé que los estados adopten «todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales», un capítulo en el que encaja la pandemia del Covid-19, incide Fradejas.
«Los niños han avanzado en casa tanto o más que en el cole», insiste Gema Fradejas. La presidenta de Somos Diversos no ve sentido que se creen burbujas de niños y niñas con diversidad funcional en los colegios como «nos ha planteado algún político. Eso va contra las recomendaciones de la ONU sobre la inclusión educativa». recalca.
Invisibles
«No se suele tener en cuenta la diversidad funcional pero en este momento, menos»
María del Carmen Álvarez tiene un hijo de siete años con TEA (Trastorno del Espectro Autista), déficit de atención con hiperactividad y que precisa medicación. El curso pasado iniciaron las gestiones para hacer la escuela en casa. Con el confinamiento por la pandemia ha ensayado este modelo y está satisfecha: «El niño ha avanzado», afirma. Una o dos veces por semana recibía la visita de un profesor.
La atención al alumnado con diversidad funcional durante la pandemia también ha sido objeto de quejas. Durante el confinamiento fueron muchas las familias que vieron olvidados a sus hijos por el sistema educativo. «Fue una situación especial, pero en septiembre no puede volver a ocurrir», comenta María del Mar Álvarez, presidenta de Solcom, no ve garantías para la enseñanza presencial para los niños y las niñas con diversidad funcional y pide a las administraciones que «no se olviden otra vez» de este colectivo.
La escuela en casa, apostilla, puede ser una solución «si el centro no va a garantizar las medidas mínimas. Ya lo veo complicado para el alumnado ordinario, porque son muchos alumnos», comenta. Pero advierte del riesgo que supone para la inclusión educativa que todo el alumnado con diversidad funcional se quede en casa. «Puede ser un freno», comenta. Las preguntas están lanzadas. Las familias esperan respuestas y que sus hijos e hijas dejen de ser los «grandes olvidados»