Memoria histórica
La Pasionaria de Omaña entra en la historia
La maestra republicana fusilada en 1941 en Puente Castro por el régimen franquista es una de las cinco mujeres a las que el Archivo Histórico de Castilla y León dedica una entrada en Semblanzas en
«Genara Fernández era maestra vocacional. Se había examinado de las oposiciones de Magisterio en 1930 y uno de sus primeros destinos fue la escuela de niñas de Soto de Valdeón (León). Cuando se produjo el golpe de estado de Franco en 1936, daba clase en Cirujales, su pueblo natal —localidad leonesa actualmente perteneciente al municipio de Riello—, pero ese verano del 36 se vio en la necesidad de huir a Asturias después de que las tropas nacionales tomaran la comarca de Omaña. Y es que Genara Fernández estaba afiliada a la Unión Republicana de Vegarienza, siendo gran propagandista de las ideas de avanzada izquierda y correligionaria de Gordón Ordas y Rafael Álvarez, destacados radicales socialistas de la provincia a los que le unía, además, una gran amistad. Por todo aquello recibió de sus convecinos el apodo de ‘La Pasionaria’ de Omaña».
Así comienza la semblanza que el portal digital de Archivos Castilla y León (archivoscastillayleon.jcyl.es) dedica a la maestra leonesa nacida en Cirujales (Riello) en 1903 y fusilada en 1941 1 tras un simulacro de consejo de guerra en el que fue acusada de rebelión militar.
Genara, que había sido apartada del Magisterio, trabajaba como taquillera en el Cine Mary tras regresar a León en el verano de 1937. Tras pasar a Asturias había intentado huir a Francia en un barco, que fue interceptado y obligado a atracar en el puerto de La Coruña.
Documento del expediente carcelario de Genara. AHP DE LEÓN
La incorporación de Genara Fernádez García a la sección de Semblanzas en Femenino se realizó poco después de que el Archivo Histórico Provincial (AHP) de León recibiera 28.617 expedientes penitenciarios que se encontraban en la cárcel de Mansilla de las Mulas y que abarcan una cronología de 1920 a 1969 y de los que 12.205 corresponden al periodo de 1936 a 1939.
Entre ellos figuran los expedientes de 397 personas internas ejecutadas entre los años 1936 y 1963 (fecha de la última ejecución a garrote vil de los expedientes transferidos). En muchos casos estas personas no permanecían en prisión ni siquiera 24 horas, sino que eran enviados del Campo de Concentración de San Marcos o del Tribunal Militar de Plaza para ser recogidos por el piquete en la Prisión Provincial.
De León a Tenerife
No fue este último el caso de Genara Fernández García, que sufrió un auténtico calvario penitenciario desde que ingresó en la prisión provincial el 19 de diciembre de 1939. La maestra, que había dejado los 344 panfletos en dos paquetes sin llegar siquiera a desatarlos, fue detenida en la mañana del 17 de diciembre de 1939 en la vivienda en la que residía en la capital, en la calle Fernández Cadórniga, número 8, acogida por unas familiares.
Entre los pasquines apareció el escrito que la maestra de Cirujales había redactado de su puño y letra como alegación ante la comisión de depuración del Magisterio. Quería volver a su puesto en la escuela y peleaba por ello. Fuera por descuido o por otra causa, la pasión que había puesto en recuperar su empleo se convirtió en la única y definitiva prueba de cargo contra Genara Fernández García.
Tan confiada estaba en sus buenos propósitos que en la declaración que hizo en Comisaría confesó que un individuo que dijo llamarse Emilio se personó la tarde noche del 16 de diciembre de 1939 en la taquilla del cine Mary con los paquetes de propaganda antifranquista y le pidió en nombre de una persona de su confianza, con la que mantenía estrecha amistad, José Bárcena, que los dejara en la plaza, que sólo de esa forma podría recuperar su puesto de trabajo en la escuela.
Evelio Fernández y su esposa Dolores junto al monolito. A. FERNÁNDEZ
Nunca se localizó al tal Emilio. No se sabe si existió, o si fue una trampa que le tendieron para acabar con una persona que pudo haber sido clave en los grupos de resistencia antifascista que se estaban organizando en León por aquel entonces, coincidiendo con el comienzo de la II Guerra Mundial, que tantas esperanzas generó para los republicanos, los perdedores de la Guerra de España.
Genara entró en la cárcel y salió para el consejo de guerra que se celebró en febrero en el cuartel del Cid. Fue el día 13. El mismo día que cumplía los 37 años. Regresó al penal con una sentencia de muerte sobre su cabeza. De nada sirvieron los escritos que avalaban su profesionalidad firmados por vecinos de Orallo, donde también ejerció la profesión. Nada ni nadie pudo librarle de la «condena a la última pena» como eufemísticamente se anota en los papeles.
El tiempo que Genara pasó en la cárcel antes de ser ejecutada fue largo, muy largo. En octubre de 1940 es trasladada a la prisión de Santa Cruz de Tenerife desde León. Y en marzo de 1941 es retornada de nuevo a León, pasando por el penal de Valladolid. Al amanecer del 4 de abril de 1941 se cumple la sentencia de muerte y la maestra cae sin vida. Es enterrada en el cementerio de León en una tumba alquilada en la zona civil y su vida queda sepultada en el olvido.
En diciembre de 2018 su caso sale a la luz en Diario de León y es cuando la familia decide indagar sobre su paradero y contacta con la ARMH. Con la ayuda de un sindicato de electricistas de Noruega, los restos de Genara fueron exhumados del cementerio de León en junio de 2019. La antropóloga Laura González Garrido realizó el estudio de los huesos, que fue determinante para su identficación junto con los datos arqueológicos ya que los análisis de ADN no fueron concluyentes.
Genara Fernández García retornó el pasado 10 de julio a su lugar de origen. Fue enterrada en el cementerio de Cirujales junto a los restos de una hermana. La maestra, la mujer, la prisionera y la mujer libre, fue homenajeada con un acto civil en la plaza que ocupó la escuela en la que dio clase a los niños y niñas de este pequeño pueblo omañés.