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Crisis por el coronavirus

Preparados ahora para el alto riesgo

Los celadores encaran la segunda ola del coronavirus con la entrada en vigor de una nueva normativa sanitaria que les considera personal de exposición de riesgo frente al Covid-19.

Celadores y celadoras del Hospital de León, ahora ya considerados personal de riesgo de contagio. JESÚS F. SALVADORES

León

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El Ministerio de Sanidad reconoce a los celadores como personal de riesgo en la pandemia por el coronavirus. En la primera ola afrontaron la pandemia expuestos sin apenas protección. Cuando el material escaseó al inicio de la crisis, los equipos y el material no estaban al alcance de los casi 600 celadores que trabajan en los dos hospitales de la provincia en León (450) y Ponferrada (120). Ahora se enfrentan al virus con más seguridad y protección. Quedan fuera de la norma el personal sanitario cuya actividad laboral no incluya contacto estrecho con un caso sospechoso o confirmado de covid-19.

El 7 de octubre, el Ministerio de Sanidad publicó una nueva actualización del protocolo de actuación frente a la exposición al Sars-Cov-2, donde la categoría de celadores ya no aparece como personal con exposición de bajo riesgo en el entorno laboral. «A partir de ahora formamos parte de la categoría exposición de riesgo, situaciones en las que no se puede evitar un contacto estrecho con una persona sintomática, sospechosos o confirmados de padecer covid-19».

«El logro ha sido muy importante», explica María Gurpegui, enlace en León de la plataforma ‘Reconocimiento para el celador, ya’, una iniciativa que tuvo su germen en León y que se extendió a todo el territorio nacional. «Comenzamos en abril y ahora se ha reconocido este alto riesgo a todo trabajador que está en contacto directo con un paciente de covid», lo que les hace afrontar esta segunda ola con más tranquilidad y seguridad. «Éramos la única categoría profesional que está en contacto directo con el paciente que no estaba considerada de riesgo», destaca María Gurpegui. «En nuestro trabajo diario estamos en contacto frecuente con los pacientes», explica.

Contacto directo
«En la norma se incluye a todo el personal que tenga un contacto directo con los pacientes»

El responsable del Sindicato Asambleario de Celadores y Personal de Gestión y Servicios (SAC) de Castilla y León, Víctor Pérez, asegura que este «gran logro» ha sido posible por el apoyo de toda la profesión que son la primera cara que ven los pacientes cuando llegan al hospital. «Fue muy difícil, no tuvimos el material de protección adecuado y hubo muchos contagios».

Elena María de Paz Sánchez, de 45 años, se contagió en febrero, pero no tuvo la certeza hasta mayo, cuando le practicaron las pruebas serológicas. «Empecé con un catarro muy fuerte con fiebre. Desde salud laboral me dijeron que me fuera para casa y guardara cuarentena por si acaso. Ya empezaban a surgir los primeros casos en España, pero no me practicaron la prueba. Tuve que insistir mucho a los de salud laboral porque al principio era todo muy confuso. Yo estuve mal y sólo sentí alivio de los síntomas cuando me pusieron cortisona». Tras superar la enfermedad se incorporó al trabajo y ha estado sin faltar ni un solo día durante la primera ola en los servicios de rayos, urgencias y UCI. Ahora afronta la segunda con preocupación. «Estamos empezando a ver algo parecido a lo anterior, pero ya sabemos detrás de los que andamos, no tenemos tanto miedo. Me preocupa porque el coronavirus me ha dejado secuelas. Ahora noto un ruido en los pulmones que me están valorando y me ahogo bastante».

Celadores y celadoras del Hospital del Bierzo. DL

Enfrentamientos

«Algunos trabajadores se solidarizaron con nosotros y nos daban material de protección, pero en otras ocasiones tuvimos hasta enfrentamientos personales», recuerda María Gurpegui. «Fueron momentos muy complicados».

Ocho meses después de la primera pandemia, la dirección del Caule ya ha dado directrices a los jefes de personal y a los encargados de turno para que doten con material y Epis suficientes a todos los celadores, que en marzo, ante la falta de equipación necesaria, optó incluso por confeccionarse sus propias batas con bolsas de basura. «Desde febrero hasta marzo no pusimos nombre al virus y hubo mucha gente afectada. Fuimos la categoría profesional con más contagios a nivel nacional, junto con el personal de enfermería y auxiliares. En España han fallecido seis celadores».

La plataforma que germinó en valor defiende la alta exposición de los celadores a infecciones de alto riesgo como el covid. Cada día recorren decenas de kilómetros por los pasillos del centro hospitalario trasladando comunicaciones verbales, documentos, mobiliario, enseres, pacientes, muestras biológicas al laboratorio, vigilancia de estancias, labores de farmacia, almacén, movilización de enfermos y ayudan a amortajar a los pacientes que mueren.

Ahora queda, de momento, otra reivindicación pendiente: la formación. «Queremos que se reconozca la profesión con una formación académica, un grado de FP. Ahora no se requiere de ninguna para ejercer y aprendemos haciendo cursos y con lo que nos enseñan otros compañeros».