Diario de León
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c Luis Alberto Rodríguez Arroyo titula su carta ‘Llámele toque de queda’: «Pedro Sánchez ha decretado el estado de alarma que avala judicialmente el toque de queda, aunque deja a las comunidades autónomas potestad para fijar su horario de comienzo, no vaya a ser que alguien considere lo contrario una imposición propia de otros tiempos. En ese mismo sentido el presidente nos ha pedido un esfuerzo más, solicitando que no le llamemos ‘toque de queda’, sino ‘restricción de movilidad’. Y es que lo primero además de ser incómodo, podría hacer pensar que un socialista ha propuesto algo con reminiscencias parapoliciales o militares, y nada más lejos de la definición de ‘progresista’ a la que algunos se aferran sin serlo. Sea lo que sea, conviene llamar a las cosas por su nombre, sin complejos y sin recordar eternamente aspectos del pasado que los que realmente los sufrieron ya los han superado. De lo contrario será difícil construir un futuro al que denominan ‘nueva normalidad’, abandonar el desempleo al que han llamado ‘Erte’, salir del barrio al que ahora tildan de ‘perímetro’ y cumplir con las normas más básicas de salud pública —más conocidas por ‘confinamiento’—. Pero nada es de extrañar en este esfuerzo eufemístico por el que llaman a España ‘país’, ‘Estado’, ‘península’, ‘piel de toro’ —en desuso por razones obvias— o ‘nación de naciones’. Presi, hay que llamar a las cosas por su nombre y ejercer en función del cargo que se ostenta, lo sabe hasta el Papa».

c Sergio Tamparo escribe ‘De cómo mentir y explotar al ciudadano y que crea que le estás haciendo un favor’: «Es increíble cómo, cada día, vemos que nuestra administración, que es tanto como decir nuestros políticos, nos mienten, nos engañan, nos explotan y encima lo hacen con un arte tan elaborado que muchas veces hasta les damos las gracias.

En este momento concreto me refiero a la ampliación que el Ayuntamiento de León ha hecho de la zona ORA. Nos han vendido el concepto de que con la ORA se solucionan todos los problemas del aparcamiento en la ciudad, que todos vamos y pagamos con una resignación y muchas veces hasta con un agrado solamente comparable al que siente el niño cuando su papa le da un caramelo para que este formalito.

En origen, hace muchos años, el sistema de la ORA se diseñó con el argumento de que, al tener que mover forzosamente el vehículo a las dos horas, se facilitaba o se forzaba la movilidad de los coches en las zonas sensibles, como el centro de las ciudades.

Ahora, en realidad hace tiempo ya, no es necesario mover el vehículo. Ni siquiera es necesario seguir la rutina de antes, de bajar a la calle para cambiar el tique de pago. Ahora te permiten hacerlo a través del móvil, con lo que si quiere puedes dejar el coche en la Avda. Padre Isla (por ejemplo) coger un avión a Barcelona y desde las Ramblas ir cambiando el ‘tique virtual’ permanentemente. Y digo yo... ¿dónde se ha quedado la movilidad que tanto se suponía que se iba a solucionar?

Tengo la ligera sospecha, por no decir la absoluta certeza, de que la ORA lo único que soluciona realmente son las arcas municipales, y reto a quien quiera a demostrar que estoy equivocado. Y allá va una prueba: El Ayuntamiento acaba de publicar que eliminará la ORA durante dos horas los sábados por la mañana para facilitar la compra en los pequeños comercios. ¿En qué quedamos? ¿no prueba eso que la hora en realidad es un problema más a añadir a la ya angustiosa falta de espacio para aparcar?».

c Jesús Martínez escribe de la ‘¿Eutanasia?’: «Estar en manos de dementes tiene su coste. Y no sólo en el PIB, en las cifras del paro o en empresas arruinadas. También en víctimas multilaterales de la pésima gestión sanitaria y de la normativa draconiana y chapucera que hemos aguantado y seguimos aguantando. Los efectos del mal Gobierno provocan el estupor, inmediatamente antes de la depresión, cuando comprobamos en el día a día cuáles son las prioridades de esta cuadrilla de bandoleros al asalto del Estado. Los mismos que se fueron impúdicamente de vacaciones sin haber adecuado las leyes que permitieran hacer frente a la situación sin recurrir al estado de alarma, son los que a toda la velocidad, sin consulta ni diálogo con los sectores afectados, se empeñan en regurgitar leyes innecesarias que tienen el efecto de suscitar la discordia y generar nuevos problemas sin resolver ninguno de los que nos acucian.

La palma del dislate hay que otorgársela a la de eutanasia que ultima su tramitación en el Congreso. Ni siquiera la hecatombe de la pasada primavera les ha frenado ni parece que les va a frenar a del otoño: ‘Es improcedente y muestra una gran falta de sensibilidad que, cuando el país expresa un duelo inmenso por el gran número de personas que han perdido, y siguen perdiendo la vida por la pandemia, el Congreso de los Diputados tramite una ley de eutanasia’».

¿Apoya el toque de queda como fórmula para intentar frenar los contagios de coronavirus en España?

SÍ 70%

NO 30%

Considera bueno para la provincia de León el proyecto de Presupuestos Generales del Estado?

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