ELLAS QUIEREN BAILAR SOLAS
Es sutil pero no pasa desapercibido. No es directo pero se nota. Los sienten ellas. Está normalizado pero no es normal. La noche no es para las chicas. No en igualdad de condiciones. Estas son las otras formas de acoso que quedan impunes. Porque parece que no son, pero son
Un grupo de chicas de 18 y 19 años bailan de buen rollo en la pista de una discoteca valenciana. Cruzan algunos pasos entre ellas, se ríen, comentan la canción. Esa noche lo están pasando fenomenal. Unos chicos las observan desde fuera de la pista. Dos de ellos se acercan y se ponen a bailar cerca de ellas. Pronto les siguen otros dos. Al cabo de tres minutos, los jóvenes se han pegado tanto a las mujeres que es imposible no bailar sin algún rozamiento. Las chicas ya no se sienten a gusto. Se marchan de la pista. No sólo les han cortado el rollo. «Han invadido su espacio. Se ha producido una ocupación del espacio, que es un modo muy sutil de violencia sexual, algo que, incomprensiblemente, está muy normalizado en el contexto del ocio nocturno».
Lo cuenta la socióloga Mónica Saiz Martínez, autora de la investigación ‘Noches seguras para todas’, que ha presentado la Federación de Mujeres Jóvenes (FMJ), la primera asociación juvenil feminista de Europa.
No se trata de un estudio cuantitativo, no hay cifras ni datos sobre porcentajes de mujeres que se sienten violentadas —desde la sutileza de un piropo a la clara hostilidad de un tocamiento— cuando disfrutan del ocio nocturno.
«Es un estudio cualitativo», aclara Saiz, que durante 2019 recogió información a través de grupos de conversación con jóvenes de cinco comunidades autónomas (Madrid, Valencia, País Vasco, Navarra y Canarias). La investigación tiene como objetivo visibilizar las discriminaciones machistas y las violencias sexuales que las mujeres jóvenes sufren cuando disfrutan de la noche dentro y fuera de los bares y discotecas.
La investigadora pone el acento en ese tipo de violencias sutiles, socialmente bastante aceptadas y que, a su juicio, están en la base y pueden desembocar en violencias más agresivas.
El informe, en el que mujeres y hombres jóvenes hablan de sus experiencias, está lleno de ejemplos. Como el chaval que dice que si invita a una chica a una copa y ella acepta «se supone que quiere algo más». O aquel otro que ve «un poco puta» a la chica que liga con más de un hombre.
«La promiscuidad en las mujeres es vista como un detonante de la violencia sexual», apunta Saiz a partir de las conversaciones con las jóvenes de esas cinco comunidades.
Los grupos creados se segregaron por sexo para generar espacios de confianza en los que expresar de manera abierta sus opiniones y experiencias sobre la violencia sexual en el ocio nocturno.
MIRADAS QUE MOLESTAN
Una de las principales conclusiones de ‘Noches seguras’ es que las mujeres jóvenes sufren una usurpación de su tiempo de ocio por parte de aquellos hombres que las interpelan sexualmente de manera constante. Las distintas formas de violencia sexual que las mujeres pueden sufrir a lo largo de toda una noche van desde las miradas continuas y molestas hasta la agresión sexual con uso de fuerza, pasando por los comentarios, el acercamiento físico sin consentimiento, tocamientos no deseados o acorralamientos, entre otros. Las mujeres jóvenes perciben que los códigos de comportamiento y el consumo de alcohol y otras drogas, es lo que legitima y justifica.
La investigación también recoge la experiencia de mujeres afrodescendientes y latinoamericanas, que advierten sufrir una violencia sexual específica, derivada no sólo del machismo sino también del racismo, que las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad.
Además de analizar el comportamiento juvenil en los lugares de fiesta, ‘Noches seguras’ también ha trabajado las rutas de vuelta a casa, uno de los escenarios donde concluye el ocio nocturno y donde el miedo a una agresión sexual se hace más presente.
NOCHES SEGURAS
El estudio de la Federación de Mujeres Jóvenes contempla un Manual de sensibilización para jóvenes, poderes públicos y también para discotecas, sobre todo para aquellas que fomentan la presencia de mujeres dejándolas entrar gratis o invitándolas a la primera consumición. El manual que incluye la campaña #NochesSegurasParaTodas, está compuesto por diez viñetas inspiradas en las opiniones, emociones y experiencias de las mujeres jóvenes que han participado en el estudio.
El propósito de la Federación Mujeres Jóvenes es seguir trabajando en ‘Noches seguras’ ampliando el perfil de las y los jóvenes participantes en el estudio. Además, el objetivo a largo plazo es implementar acciones para la prevención de la violencia sexual en el ocio nocturno, contando con la implicación de la población joven, el tejido asociativo juvenil y feminista, el tejido empresarial dedicado a las actividades recreativas nocturnas y la Administración Pública.