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Publicado por
León

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Son momentos difíciles. Momentos de incertidumbre, miedo, angustia y soledad. Es lógico sentirse abatido por la situación y pensar en el alcohol. Una copita para no sentir, para no pensar, para olvidar. Son muchas horas en blanco y piensas que momentáneamente te haría sentir mejor. Pero sólo sería eso: un momento. Después llegaría algo mucho peor : el arrepentimiento. Así que para que ese momento no llegue es mejor decidir no tomar esa copita de alcohol. Porque lo fácil sería eso: tomar ese líquido con alcohol.

Para conseguir las cosas hay que luchar y perseverar en ellas. Hay días malos y días peores, pero ante ésta situación hay que mantenerse alerta y contar con mecanismos de defensa en los que poder apoyarse para poder seguir sumando días en abstinencia.

Lo fácil sería tirar la toalla y echar por tierra todo el trabajo realizado hasta ahora. No estoy dispuesta a que eso suceda.

Mide los logros en la medida del esfuerzo realizado. El esfuerzo no es pequeño y el logro y la recompensa es muy grande. Así que el día que se tuerza y amanezca nublado, detente, espera, ten paciencia. Espera que llegue la calma. Todo pasará y llegará el día en que salga el sol. Espera que pase la tormenta.

Protégete, mantente activo y ocupado. La mente es tú enemigo pero también puede ser tú aliado. Busca actividades de ocio que te motiven y gusten: actividad física, lectura, películas, puzles, manualidades, estudiar, aprender un oficio, un idioma o eso que dejaste pendiente para algún día. Sé creativo. Es importante mantener una rutina.

Haz fácil la elección y decide no tomar esa copita de alcohol. Yo no estoy dispuesta a tirar por la borda todo el trabajo realizado. ¿Tú estás dispuesto?

*Testimonio de una mujer rehabilitada del alcoholismo